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Guadalest es el nombre propio que denomina a un precioso pueblo, un espectacular valle y a un embalse de aguas azul turquesa.
La ruta del día consiste en circunvalar el gran embalse que se encuentra en el interior del valle, un recorrido muy fácil en esfuerzo físico y en orientación.
Con ello conseguiremos unas impresionantes panorámicas hacia el interior del embalse añadiendo unos encuadres espectaculares a las sierras que rodean el bonito valle : Aixortà, Serrella y Aitana.
Tiene como única pega el continuado avance por asfalto cuando caminamos por el margen norte del embalse, un modo de caminar "atípico" para alguien habituado al senderismo, pero aún así merece la pena. Al menos se tiene la ventaja de que la carretera no es usada por vehículos, circulación prácticamente nula.
La ruta no es el habitual rodeo al embalse y ya está. Durante el trayecto se llega a la misma orilla del embalse, por 2 veces, gracias a caminos que lo permiten. Esto nos concederá una perspectiva más atractiva y completa del embalse.
Iniciamos la ruta desde la población de Beniardà, un bonito pueblo que se encuentra en las cercanías del embalse, pero en su parte más al oeste.
Se encuentra entre Benimantell y Benifato y se accede al pueblo desde la carretera CV-70, carretera que recorre el interior del valle, nos desviamos a la CV-757 (carretera de acceso exclusivo al pueblo) y finalmente llegamos a Beniardà en un descenso con curvas cerradas.
Antes de entrar a las calles del pueblo encontraremos un amplio parking.
Dejamos el coche y descendemos por las estrechas calles de Beniardà zigzagueando, pasando por la plaza del ayuntamiento. En la plaza encontramos la calle de San Francisco, la que usaremos para salir del pueblo en línea recta.
Continuamos descendiendo y al final de la calle, a la derecha, la panorámica se amplia y empezamos a ver ya el embalse de Guadalest. Una bonita primera imagen del azul turquesa del embalse.
La calle se convierte en asfalto cuando salimos ya de Beniardà, al poco veremos un camino a la derecha, será nuestro regreso posterior. Continuamos de frente y el camino hace una leve curva a la izquierda, teniendo la piscina municipal a nuestra derecha y una pequeña fuente junto al camino a nuestra izquierda.
Aparentamos alejarnos del embalse, de ir en dirección contraria.
Pronto aparecerá un corto puente sobre un río, lo cruzamos. Estamos pasando por encima del río Guadalest en su camino de nutrir y llenar el embalse.
Al pasar el puente giramos a la derecha, enlazamos con la carretera del margen norte del embalse, un cruce perfectamente señalizado pues encontraremos un cartel que nos informa que nos faltan 5,9 kms hasta la presa.
Esta es la carretera que nos llevará fielmente hasta la presa y por la que iremos relativamente "seguros" pues aquí encontraremos un cartel advirtiendo a los vehículos que circulen con precaución pues podrán encontrar viandantes en la calzada.
Giramos y ahora si notamos que vamos dirección al embalse.
La carretera es cómoda, no existe en ningún momento desnivel apreciable y realiza continuamente pequeños culebreos.
Por esta orilla norte obtendremos las mejores vistas hacia Aitana y a los pueblos de su ladera norte como Beniardà, Benimantell y Benifato, pero entre los huecos de las pinadas que bordean la carretera.
En los pocos cruces que puedan surgir hay que seguir por la derecha, son cruces que dan a los campos de cultivo de la zona, hay que continuar el sentido natural de la carretera continuamente.
Cuando las vistas por la carretera se despejan podremos ver las vertientes abruptas de Aixortà y Serrella al frente y a nuestra derecha todo el embalse en su extensión. Y cuando empecemos a cruzar campos de cultivo (olivos) será la señal de que estamos acercándonos a la primera variante del día para la visita cercana al embalse.
En un punto, a la derecha de la carretera, un pequeño mojón blanco con una cadena nos advierte de la existencia de un camino de tierra. Puede pasar desapercibido (en esta dirección) pues está en paralelo a la carretera y en leve descenso, pero el pequeño mojón es la señal.
Tomamos el camino y empezamos a descender levemente por un tramo con agradable vegetación en los laterales siendo el camino bastante evidente y con doble surco en el suelo. Continuamos prácticamente en línea recta.
Pronto aparecerán campos de cultivo de olivos (realmente el camino da servicio a ellos) el camino gira levemente a la izquierda.
Proseguimos ya rodeados de olivos y cuando el camino hace una curva cerrada para adentrarse en los cultivos nos salimos de él por un sendero que en su inicio es bastante ambiguo, ¿es por ahí? Pues si.
Ambiguo porque en su inicio el ramaje y matorral lo invade todo pero tras unos pasos se revela más claramente.
Este tramo de mini-sendero selvático es corto, en pocos metros llegaremos a la misma orilla del embalse de Guadalest con un descenso continuado, ante nosotros todo el embalse en toda su extensión.
Hay que decir que la cercanía de la orilla podrá variar dependiendo de la cantidad de agua que contenga el embalse, el día de la ruta mantenía una capacidad intermedia, esto permitió el acceso a un pequeño y alargado espigón pero que en otras ocasiones puede ser una isla aislada … o no existir (estar bajo el agua).
Estamos en el extremo más al oeste del embalse y justo en su parte central, en un lugar estratégico que nos permite tener todo el embalse a nuestro alrededor.
Hemos contactado con el agua del embalse, la podemos tocar, un agua que se encuentra en total calma, una balsa de "aceite" cristalina.
La orilla está muy empedrada y se pueden apreciar las diferentes capas que se forman dependiendo de la altura del agua por las marcas que se crean.
Al frente y en línea recta, pero a más de 1 km, la presa del embalse se puede vislumbrar sin problemas, hasta ahí llegaremos.
A la izquierda toda la costa que atravesaremos zigzagueando posteriormente encajonados por Aixortà y a la derecha el recorrido de regreso a Beniardà más en línea recta.
Por suerte ambas orillas laterales están generosamente bordeadas de pinadas y eso permite tener unas vistas mucho más llamativas, un bonito contraste azul-verde.
Desde la orilla destaca el espigón (hoy está) y se puede acceder a él por un pequeño trecho empedrado en paralelo a la orilla al que hay que añadir una pendiente de anárquicas piedras, aún así fácil.
En el extremo del espigón se puede estar rodeado literalmente de agua, una sensación extraña pero interesante como de estar "andando" por una alfombra transparente.
Una vistas y sensaciones sublimes al estar en el espigón pero … su existencia y disfrute dependerá del nivel del agua.
Regresamos sobre nuestros pasos, ascendemos el tramo escalonado, pasamos por la mini senda selvática y de nuevo el camino bordeado de olivos que nos llevará hasta la carretera de antes con el hito en el cruce.
Proseguimos la ruta, ahora volveremos a tener el embalse en la distancia, a nuestra derecha.
Caminando y al frente vamos a tener ahora la cima donde está situado el Castellet (*), lugar desde donde se puede disfrutar una panorámica inversa (desde alto) del embalse de Guadalest.
Pronto aparecerá un cruce interesante a tener en cuenta, el cruce con el PR-V 18, giramos a la derecha dirección Guadalest. En línea recta el camino nos llevaría a la cima de Aixortà. Por tanto, a partir de aquí y hasta la presa encontraremos señales de este PR-V.
Seguimos por la carretera y la arboleda ya no es tan acentuada, estaremos rodeados por campos de cultivo que nos permitirán tener mejores vistas hacia Aixortà y la parte más oriental de la Serrella, donde está La Canal y la Malla del Llop. Unas paredes muy verticales desde aquí abajo.
Avanzamos zigzagueando y culebreando por la carretera pasando por caminos, que son accesos a casas de campo, que descartaremos siguiendo por el asfalto.
En esos zigzags se atraviesan enormes barrancos que vienen de la vertiente de Aixortà.
Cuando estamos ya muy cerca de la presa del embalse tenemos la posibilidad de realizar el segundo acercamiento a la misma orilla de las aguas.
Este desvío nos permitirá volver a estar en la orilla del embalse pero esta vez en la parte más al este.
Localizar el desvío no es fácil pero tampoco complicado. En este tramo, cuando la carretera empieza a descender levemente, aparecerá un camino de tierra ancho y que asciende a la izquierda hacia las laderas de Aixortà, justo en ese punto, a la derecha, el quitamiedos de la carretera cede su continuidad y se abre para dejar paso a un pequeño sendero de tierra, es por ahí. Es una especie de cruce de 4 caminos "rara avis" (asfalto, camino ancho, sendero)
Para asegurarnos que vamos correctamente, a los 10/15 metros de iniciar a descender por el sendero, aparecerá una especie pilón de hormigón en medio del camino.
Seguimos y llegamos a un intrincado de senderos pero no hay problema, la orilla del embalse ya se aprecia y tan solo hay que escoger el que nos lleva a la orilla lo antes posible.
De nuevo en la orilla del embalse pero esta vez en la parte más al este, más cerca de la misma presa que desde aquí la podemos apreciar sin problemas.
La costa por este lado hace unos recovecos y curvas bastante curiosas y sinuosas. De nuevo las marcas en las piedras que indican que el embalse podrá albergar más agua todavía.
Justo en la otra orilla el camino que usaremos para regresar a Beniardà.
Lugar idóneo para realizar algún avituallamiento por las vistas que tenemos.
Volvemos a la carretera y tras una curva cerrada a la derecha encaramos casi en línea recta la presa del embalse.
Momentos antes de pasar por encima de la presa y pasando por encima de ella será cuando obtendremos unas espléndidas vistas hacia el interior del embalse de Guadalest.
En esta ocasión tendremos a 1 km la orilla donde estuvimos anteriormente.
Ya en la presa, a nuestra izquierda, la caída a plomo del agua cuando las compuertas del embalse son abiertas, en esta ocasión se encontraban cerradas.
Son unos 285 metros de presa los que consiguen retener el empuje del embalse y por los que mejor pasar pausadamente para así disfrutar de las perfectas e imponentes panorámicas que conseguimos (a izquierda y derecha) durante este corto trayecto.
Es el lugar desde el cual mejores vistas tendremos de la Serrella, el Castellet y Aixortà pues las veremos perfectamente alineadas.
Al finalizar la presa llegaremos a un parking, lugar habitual para iniciar la circular que estamos realizando, aunque para nosotros solo es un punto de paso.
Ahí también encontraremos un cartel del Ministerio de Medio Ambiente que nos ilustra de detalles y características de la obra hidráulica; dimensiones, volúmenes, año de creación …
Junto al cartel hay una valla metálica verde, detrás de ella un amplio camino de tierra que nos lleva hasta Beniardà de nuevo. Lo cogemos pasando por una portezuela abierta. En este punto enlazamos con la costa sur del embalse y este recorrido de regreso es más en línea recta, no zigzaguearemos tanto como en la costa norte.
En estos primeros pasos destaca la arboleda de gran altura que envuelve el lugar.
Pronto pasaremos por la entrada del camino que da al embarcadero del barco con el que se puede pasear y surcar en las aguas del embalse. En esta ocasión es época invernal y por tanto horas bajas, ni barco funcionando ni turistas esperando.
Continuamos la marcha por un amplio camino de tierra muy bien bordeado por una buena pinada y teniendo perfectas vistas del embalse con Aixortà y el Castellet de fondo.
Cuando el camino realiza una pronunciada forma de herradura pasaremos por encima de un pequeño barranco. Justo en medio de la herradura, junto a unos tablones formando un pequeño puente de madera, hay una pequeña senda que tras un corto descenso nos llevará a un pequeño riachuelo que también nutre el embalse.
Merece la pena la pequeña visita pues la poca agua que baja hacia el embalse pasa antes por unas enormes piedras creándose así pequeñas cascadas y remansos. Un bonito lugar pues además la zona está muy verde.
Proseguimos, al poco aparecerá un cruce en forma de "Y", cogemos el camino de la derecha.
Así llegamos a una entrada oficial al embalse, un camino de tierra bastante más evidente y por el que se puede llegar incluso en coche a la orilla En la entrada del camino encontraremos un cartel advirtiéndonos de la problemática del mejillón cebra.
Ya estamos muy cerca de Beniardà, sus casas ya asoman. El siguiente tramo de camino pasa muy cerca del embalse realizando una gran curva.
Si el embalse está en horas bajas esta zona no contendrá agua, tan solo veremos como el río avanza haciendo continuos pero pequeños meandros por el cauce casi seco, son los metros finales antes de entrar al embalse e ir llenándolo poco a poco.
El camino se vuelve sendero y pasaremos por un tramo algo selvático, mucha vegetación a nuestro alrededor y por ahí encontraremos un pequeño riachuelo que también nutre el embalse. Tendremos que sobrepasarlo saltando por encima de pequeñas piedras dispuestas en medio del riachuelo. Un par de metros.
Tras el riachuelo enlazaremos con asfalto, es la pequeña carretera que nos llevará ya directamente hasta Beniardà.
Pero el pueblo lo vemos en alto, nos faltan tan solo 400 metros pero son en pronunciada pendiente asfaltada, aunque llevadero, sin problemas.
Finalmente llegamos al cruce por el que pasamos al principio de la ruta, estamos en las afueras ya del pueblo y en alto, volvemos a tener una amplia panorámica del embalse desde altura, pero ya nos alejamos de él. Hasta la próxima.
Entramos a Beniardà y tan solo queda callejear por sus estrechas calles para regresar a nuestro coche.
Gran circular para completar una agradable visita a uno de los embalse más emblemático de la provincia de Alicante, el Embalse de Guadalest.

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0	Inicio ruta	00:00
1	Puente	00:20
2	Desvío visita orilla (1º)	00:50
3	Orilla embalse	01:05	01:35
4	Cruce PR-V 18	01:55
5	Desvío visita orilla (2ª)	02:55	03:20
6	Presa	03:40	03:50
7	Pequeño barranco	04:25	04:40
0	Fin ruta	05:15

FECHA	Febrero - 2014
NIVEL DE RUTA	Bajo
TIPO DE RUTA	Circular, excepto tramo inicio
ALTITUD CIMA	Sin cima
TIPO CIMA	Sin cima
KMS RECORRIDOS	12,5
PR-V/s USADO/s	18 Parcialmente