Untitled

En la ruta del día vamos a recorrer la zona montañosa de Rabosa, cerca de Petrer, un lugar apartado pero muy interesante de descubrir en el que pasaremos por los Rasos de Catí , el Calafat y la Penya Foradà.
En el recorrido estaremos rodeados de sierras con cierta relevancia en la provincia como son el Maigmó, Despenyador y la Sierra del Cid.
En este paraje se encuentra el Parque de Montaña Daniel Esteve - Casa Rabosa, una zona de ocio muy bien acondicionada en plena naturaleza y que sirve como punto de inicio o de paso de las múltiples variables que existen del PR-V 6.
Al recorrer buena parte de la zona vamos a enlazar y conectar con varios de esos PR-V.
Pero el inicio de ruta no lo hacemos en el mismo parque de montaña, 1 km antes de llegar, de realizar un zigzag con el coche, a la izquierda de la carretera que se dirige a Rabosa (llegando desde Petrer) hay un gran claro con campos de cultivo, ahí dejamos el coche.
Parece incluso que sea un pequeño aparcamiento alejado del parque de montaña y para terminar de identificar el lugar hay una gran roca verde con una placa metálica del parque justo en la carretera y como dando la bienvenida. En medio de la replaceta como una pequeña rotonda de matorral.
Pensé en este lugar como inicio de ruta al conocerlo de una ruta anterior, Castellarets-Rabosa (*)
El lugar es perfecto porque al dejar el coche aquí ya tenemos el camino de inicio al lado y bien definido.
Iniciamos a andar, cogemos el ancho camino, pasamos por el lateral del campo de cultivo e iniciamos un leve pero continuo ascenso.
El camino está muy bien marcado, tendrá 1 metro o más de ancho y es muy empedrado. Lo mejor es el entorno que nos envuelve, una buena pinada de gran altura y espesa.
El camino tiene tendencia a ir hacia la derecha, dirección este y pronto alcanzaremos la cresta de la pequeña elevación que ascendemos y por la que vamos a deambular un buen tramo, aquí ya empezamos a divisar en el horizonte y entre los pinos la majestuosa cresta del Fraile.
Al empezar a llanear pasaremos por las inmediaciones de una torre de madera de observación, a unos 15-20 metros, no nos coge de paso.
Tras unos metros enlazamos con el PR-V 6.3 (posiblemente en el tramo de ascenso hayamos usado el 6.1 pero no encontré señales) que viene de la Casa de Rabosa. El 6.3 no lo vamos a abandonar en mucho tiempo y el camino sí estará bien señalizado con marcas del PR-V.
A partir del enlace vamos a crestear más limpiamente, con buenos horizontes en la distancia, a la izquierda la cresta del Fraile y a nuestra derecha el Cid y unas pequeñas elevaciones más cercanas, los Rasos de Catí y el Calafat, objetivos para más adelante.
El tramo es cómodo, llaneando o con mínimos sube-bajas, las vistas al ser diáfanas gracias a ir por la cresta son muy buenas, sorprende también las enormes y espesas pinadas que hay por esta zona.
Tras un repecho y de pasar bajo unos postes eléctricos, el camino empieza a descender directamente hasta alcanzar un gran camino de tierra, una encrucijada de caminos y con postes de PR-V indicando varias direcciones.
Vamos a coger el camino que tenemos al frente conforme llegamos a la encrucijada, en el inicio del camino los 2 pinos, a izquierda y derecha, tienen señales PR-V y también hay un pequeño panel metálico de la diputación con dirección "Xorret Catí". Sigue siendo un camino ancho pero no tanto como el principal del cruce.
Empezamos a ascender muy levemente por el nuevo camino hasta volver a encontrarnos con un poste PR-V, de nuevo otro panel metálico de la diputación y otro de "Vía Pecuaria" aquí tomamos el desvío siguiendo las indicaciones del PR-V en este caso del 6.3 y 6.7.
Con el cambio el camino poco a poco se irá transformando en sendero, un bonito sendero por el que ascendemos la ladera sur del Alto del Ponce.
El tramo es de ascenso directo pero muy fácil de realizar, bastante llevadero y corto, unos 500 metros solo.
Por la pendiente tendremos unas magníficas vistas hacia el valle interior de Rabosa, el peñón de la Foradà que ya se define muy bien, Rasos de Catí y el Calafat, todo salpicado con enormes y frondosas pinadas verdes.
Ya podemos imaginarnos el gran rodeo que vamos a realizar en los siguientes kilómetros.
Así llegamos a la parte alta del Alto del Ponce, aquí volvemos a enlazar con un camino de tierra ancho que recorre el pequeño cerro por su parte alta, giramos a la derecha.
Aquí enlazamos con el PR-V 143.
Por el nuevo camino avanzaremos en llano, a nuestra izquierda notaremos que la cresta del Fraile ahora la tenemos mucho más cerca y en paralelo.
El camino nos lleva en pocos metros a una torre de madera de observación (como la que vimos en el inicio) pero ahora sí que de paso en el camino.
Podemos subirnos a ella por los escalones de madera y así poder obtener unas buenas panorámicas a la sierra del Cid, la cresta del Fraile, la Foradà y los Rasos y disfrutar del entorno más pausadamente.
Continuamos y a partir de la torre de madera preferible coger un pequeño sendero que discurre en paralelo al camino de tierra grande pero por la derecha y entre el matorral y el monte bajo.
Un cambio a mejor y más conveniente porque andaremos por un entorno más campestre. La separación entre ambos trazados es de tan solo un par de metros.
En buena parte de este trayecto llevaremos por encima nuestra un tendido eléctrico.
El recorrido es muy cómodo, prácticamente llano y con tan solo leves sube-bajas y siempre bien rodeados de buenas pinadas.
Tras unos 500 metros el camino principal y el sendero por el que andamos se separan definitivamente debido a que el camino empieza a ascender un pequeño repecho y el sendero al contrario, sigue en llano o desciende, como rodeando la pequeña loma.
Por aquí el sendero se vuelve más selvático, a nuestro alrededor mucha pinada alta y el avance se hace por un sendero junto a un declive importante de la ladera.
Tras rodear la pequeña loma los 2 caminos vuelven a converger para en pocos metros volver a separarse junto a una pequeña torreta eléctrica, aquí ya da igual que trazado seguir porque el siguiente objetivo ya lo tenemos cerca, a escasos 120 metros en descenso.
Llegamos así a la Ermita de Catí, una pequeña construcción encalada con una pequeña placa de metacrilato en la parte frontal que nos informa de los detalles históricos del lugar. Al estar cerrada la puerta principal la visita solo puede ser externa.
En su parte superior un pequeño campanario y en un lateral un pequeño cubículo-caseta que sí se puede entrar pero sin mayor interés.
Dejamos la ermita y en pocos metros llegaremos a una replaceta en campo abierto con 3 caminos a elegir, uno que hace media vuelta y que realmente es el camino que llevábamos en paralelo hasta aquí, otro que se dirige a Xorret de Catí en 1,5 kms y el tercero que es seguir de frente conforme llegamos con leve giro a la derecha.
En el inicio de este camino hay una pequeña edificación cuadrada, es la Casa de la Herrería. Comenzamos a caminar dirección sur.
El camino nos lleva a recorrer un cómodo y agradable tramo rodeado de campos de cultivo y buena arboleda a nuestro alrededor y sin ningún desnivel, todo en llano.
Saldrán al paso algún camino, desvíos fáciles de descartar si seguimos unas pequeñas estacas de madera a modo de señales de dirección. Igualmente descartaremos pequeños senderos.
Hay que seguir el camino principal hasta llegar a una replaceta tras un leve repecho, un collado. En la replaceta varios caminos a elegir y un panel metálico informativo de la zona.
El de más a la derecha se descarta, continuamos por el más a la izquierda que hace curva y un descenso directo, pero antes …
Antes es interesante adentrarse por el pequeño sendero central, el que hay entre los 2 caminos. El sendero nos lleva a una zona rocosa en alto en unos escasos metros donde descubriremos un perfecto mirador al peñón de la Foradà que ya lo tenemos a tiro de piedra. Desde aquí podremos contemplar perfectamente su estupendo perfil afilado.
Aprovechamos el lugar en alto para otear nuestros siguientes pasos en la base del peñón.
Y si miramos hacia atrás veremos la Ermita de Catí donde estuvimos antes ya en la distancia, pero identificable gracias a su color blanco entre el mar verde de los pinos.
Dejamos el mirador y descendemos por el camino haciendo la curva y atentos al cambio, tras la curva, en tan solo 50 metros debemos coger un desvío a la derecha. El desvío está marcado con un pequeño poste.
Este desvío nos lleva directos a la base del peñón de la Foradà. Por el camino campos de cultivo a nuestra izquierda y abundante y frondosa pinada.
Por el trayecto las paredes de la Foradà se nos vienen encima, nos acercamos y mucho.
Descartamos pequeños desvíos a la derecha, seguimos de frente siguiendo más postes pequeños hasta alcanzar el borde izquierdo del perfil del peñón. Unos pocos metros más y empezaremos a rodearlo.
Justo en el borde del perfil hay unas escaleras de piedras muy bien acondicionadas que permiten ascender, en paralelo al perfil, hasta la zona de escalada del peñón.
El peñón de la Foradà es una conocida y apreciada zona para practicar la escalada. Sus largos metros de verticalidad son perfectos para practicar aquí este deporte.
Si nos fijamos en las altas paredes podremos ver los puntos de anclaje y manchas blancas de magnesio en las diferentes vías que existen.
Descendemos de nuevo por la misma escalera de rocas (cuidado con la verticalidad que es importante) y así dejamos descansar nuestro cuello (de mirar tanto hacia arriba a las vías de escalada).
Bordeamos el perfil del peñón y alcanzamos la zona de solana, a partir de aquí a nuestra izquierda aparece un emblema montañero de la provincia, el Maigmó.
Seguimos el camino y este nos lleva a ponernos en perpendicular a la cara sur de la Foradà, desde este lado el peñón parece más reducido en altura pero igual de solemne.
Es aquí donde comprendemos la extrema verticalidad de la cresta que forma el peñón de la Foradà, como una inmensa vela de navío desplegada, muy ancha de perfil pero con un grosor ínfimo de pocos metros.
En este lado llegamos a una especie de explanada abandonada, como campos de cultivo sin gloria, hay que localizar un pequeño sendero a la izquierda de la zona bajo unos pinos.
Al coger el sendero hacemos un cambio de vertiente en muy pocos segundos, de pronto la Foradà desaparece a nuestras espaldas.
Realmente hemos hecho un paso interesante por una pequeña cresta a escala de la Foradà, más pequeña pero el tramo ha sido muy interesante.
Cambiamos de vertiente y de horizontes, delante nuestra una pequeña elevación que también tendremos que bordear, e igualmente por la izquierda.
El sendero nos lleva directo a la base de la pequeña elevación que está completamente cubierta de pinos (aunque realmente toda la zona está muy bien poblada de pinos) y con pequeños campos de cultivo.
Al llegar a la base de nuevo un cruce de 2 caminos y ambos con un panel que ya nos suena mucho, el metálico de la diputación, cogemos el camino izquierdo para bordear la elevación por ese lado.
Cerca del cruce hay una antigua casa de piedras totalmente derruida y abandonada y de fondo el Maigmó que ya empieza a emerger con su fuerza habitual.
Avanzamos por el nuevo camino rodeados de buena arboleda, de gran altura. A nuestra derecha la ladera vertical de la elevación que estamos rodeando, a nuestra izquierda un horizonte bastante abierto con el Maigmó cambiando levemente de perfil a cada paso y campos de cultivo bien cuidados junto a nosotros.
Tras los campos de nuevo una pequeña cresta parecida a la Foradà pero de menor envergadura.
El tramo para rodear la elevación es muy agradable, llano y con buenas vistas y sensaciones … ¿y dos manos?
Terminamos de rodear el pequeño cerro y cambiamos de horizonte (incluso dejamos atrás el Maigmó), ahora al frente ya empezamos a ver objetivos, El Calafat, que visto desde aquí parece un calco a la elevación que estamos bordeando pero con más roca.
Terminan los cuidados campos de cultivo y el sendero empieza a descender levemente culebreando y eso hace encontrarlo algo erosionado.
El descenso nos lleva a enlazar con una carretera de asfalto … ¿aquí? no esperaba encontrarme con esta composición del camino a estas alturas de la ruta, tan en el interior, pero lo aceptamos con resignación.
No es muy agradable los tramos de senderismo intermedios con asfalto, el único provecho que le podemos sacar a estas situaciones es avanzar con más celeridad y recuperar tiempo.
La recta inicial es completamente en llano y tras la primera curva empezamos a ascender levemente.
El camino asfaltado realiza un par de amplios zigzags que nos llevan a aproximarnos a la base del Calafat.
Por el camino al menos la pinada no nos decepciona y sigue acorde a lo que estábamos disfrutando, frondosa y de gran altura.
Y en una de esas curvas tendremos en el horizonte la ciudad de Alicante con la Serra Grossa, el Benacantil y edificios altos claramente definidos.
Tras la última curva, la recta final con la que terminamos el asfalto, el camino se empina y se convierte en una fuerte pendiente con verticalidad a tener en cuenta.
Finalmente llano de nuevo y fin del asfalto, volvemos al suelo de tierra.
Y al finalizar el asfalto llegamos a un cruce de caminos en forma de "Y", a la izquierda la cima de los Rasos de Catí y El Calafat, a la derecha la continuación posterior.
Cogemos el camino izquierdo y tras unos metros una edificación cuadrada, una especie de búnker en medio del monte ¿…?
Seguimos por la derecha y llegamos a un claro ¿y la continuación? Una marca de PR-V en un pino nos avisa que tenemos que cambiar el camino por un pequeño sendero, el sendero que asciende hasta la parte alta de los Rasos de Catí
Ascendemos y lo hacemos rodeados completamente de pinos, de mediana y gran altura que no dejan ver mucho más allá.
Primero el ascenso es muy sutil pero conforme ascendamos la verticalidad aumenta.
El sendero es estrecha, disminuye, empieza a empedrarse, se escalona y se empina y todo rodeado de una buena pinada.
Así, alcanzamos la parte alta, la cima, ante nosotros un gran abismo, estamos ante un gran cortado de unos 150 metros, hemos llegado a una cresta de no más de 2 metros de ancho pero muy alargada.
Podemos avanzar por la cresta todo lo que queramos para inspeccionar la zona pero no mucho porque la idea es bajar por el mismo sitio.
Desde aquí arriba podemos apreciar mucho mejor el extraño "búnker" por el que pasamos momentos antes.
En 360 grados tenemos todas esas sierras y elevaciones que durante la ruta veíamos tímidamente, pero ahora en toda su envergadura gracias al punto elevado alcanzado.
Justo al frente la Silla del Cid, la más espectacular, la vertiente noreste con sus grandes cortados la podemos contemplar al completo desde su cima hasta la zona del vértice y antenas.
Hacia el norte podemos contemplar solapadas la cresta del Fraile (ahora al completo), la sierra de Castalla y de la Argueña.
Mas a la derecha el Despenyador, el Alt de Guixot y el Maigmó y después la costa con la ciudad de Alicante y en miniatura serra Grossa y Benacantil.
Mucho más cerca, junto a la elevación donde estamos, se encuentra la cresta de El Calafat que al igual que todas por las que hemos pasado y visto es muy alta y estrecha, quizás donde nosotros mismos estemos tenga la misma fisonomía.
En resumen una cima discreta la de Rasos de Catí pero al estar situada en un lugar muy puntiagudo nos vamos a aprovechar de unas magníficas vistas, una cima que invita a disfrutarse con tranquilidad.
Tras la estancia en la cima regresamos sobre nuestros pasos para regresar al cruce junto al "bunker". Precaución con el descenso porque si estaba empinado en el ascenso …
Al llegar de nuevo al cruce cogemos el ramal derecho el que ya nos lleva de regreso a la Casa Rabosa.
Como el cruce era un collado, al volver a él y coger el ramal derecho empezamos a descender ya directamente por un camino de tierra bastante ancho.
Tenemos que continuar el sentido natural del camino descartando unos cuantos desvíos de senderos que aparecen. El primero a la izquierda tras unos 200 metros, intuyo que puede ser también un acceso a la parte alta donde estuvimos momentos antes o el sendero de descenso tras recorrer la cresta entera.
Tras otros 300 metros, con alguna curva por el camino, encontramos otro desvío a la izquierda al final de un tramo hormigonado a un sendero pero este señalizando hacia Rabosa con poste y señales PR-V¿…? Desconocía este sendero y como no entraba en mis planes iniciales lo descarté, pero es una opción de regreso.
Continuamos por el camino, continuamente descendiendo o llaneando como mucho, con pequeños culebreos y con buenas pinadas a nuestro alrededor.
Tras unos 600 metros después del cruce a sendero descartado anteriormente el camino hace una gran curva cerrada a la derecha, aquí seguimos de frente cogiendo otro camino notoriamente más pequeño pero sin llegar a ser sendero y con peor apariencia, más empedrado y erosionado, aquí si que notamos dejar el camino principal por el que íbamos.
Continuamos descendiendo, muy levemente pero sin remansos, continuamente, y lo hacemos por un tramo que por momentos está muy erosionado, pasando por grandes zanjas forjadas por el poder del agua.
Seguimos estando bien cobijados por pinadas y si miramos al suelo encontraremos rocas de colores vivos desde el rojo encarnizado al ocre, una amplia paleta de ambos colores, unos piedras minerales muy llamativas.
El camino empieza a zigzaguear, a hacer continuas curvas, tras descender bastante las pinadas disminuyen y empezamos a ver en el horizonte un par de detalles a tener en cuenta: un pequeño peñón pero que destaca y que tenemos al frente en el camino y una gran casa totalmente derruida y que tenemos a la derecha de nosotros, ambas cosas a cierta distancia.
En las constantes curvas finales descartaremos más desvíos a pequeños senderos, muy fácil de discernir el camino correcto, uno de ellos venía de la gran casa derruida que estábamos viendo (Casa Cancio).
Finalmente el camino vuelve a ascender tras los cruces descartados y justo 100 metros después de empezar el repecho encontraremos el desvío que realmente necesitamos para regresar a la Casa de Rabosa.
Este desvío está perfectamente señalizado con marcas del PR-V 6.4 y con carteles metálicos de la diputación, por aquí también empezábamos a observar campos de cultivos en los alrededores.
Cogemos el desvío y ahora el cambio es a un reducido sendero. Este nuevo sendero pasa por la misma base del pequeño peñón que estuvimos viendo constantemente mientras descendíamos haciendo los zigzags, por tanto sirve como referencia de orientación.
El sendero se vuelve muy coqueto al pasar por debajo del peñón pues lo encontraremos muy bien acondicionado con pequeño puentes, escalones y pasamanos de madera, obligada adecuación porque realmente el sendero pasa por un tramo bastante delicado, incluso diría que estaríamos un poco expuestos de no ser por los tablones que dan bastante seguridad.
Justo aquí una gran caída de ladera con multitud de piedra y un crisol de colores.
El sendero es algo aéreo, avanza en un punto intermedio de una ladera con un declive por momentos pronunciado. Aunque el sendero es prácticamente en llano y bastante cómodo y evidente debemos estar pendientes del declive a nuestra izquierda.
Mirando hacia abajo veremos un profundo barranco invadido por la vegetación y las pinadas. El barranco lo vamos a tener continuamente a nuestra izquierda.
Tras el peñón el sendero se vuelve muy agradable, el entorno, el ramaje de los pinos y el monte bajo lo invade prácticamente todo y avanzamos por pasadizos muy bucólicos.
Antes de llegar a la Casa de Rabosa tendremos que escoger 2 pequeños cruces por el corto trayecto: el primero es un brusco giro a la derecha un tanto inesperado pero muy bien marcado por el PR-V (pasando en los primeros metros por un corto canalón de tierra) y el segundo en un cruce en forma de "Y" escogiendo el sendero izquierdo, el que desciende levemente.
Aunque estamos ya tan cerca de la Casa de Rabosa que el dicho de "todos los caminos conducen a Roma" por aquí valdría.
En el último cruce con forma "Y" al escoger el sendero izquierdo vamos a rodear el pequeño cerro que hay cerca de Rabosa por su vertiente más al sur. Otro tramo con muy buen entorno, mucho pino … mucho verde, muy agradable.
Al terminar de rodear el cerro ya empezamos a ver el Parque de Montaña Daniel Esteve, la Casa Rabosa y como ya estamos tan cerca, el acceso final al paraje lo encontraremos acondicionado con pasarelas y pasamanos de madera y con mejoras en el sendero por la erosión.
Llegamos a Casa Rabosa, un bonito paraje de esparcimiento en la naturaleza, podemos curiosear la zona y descubrir todas sus partes, servicios y zonas de mesas, barbacoas … El lugar es amplio y llama la atención una pequeña caseta de madera separada de la casa principal con forma de tienda de campaña canadiense y que aparenta ser un pequeño altar.
Un paraje que está muy bien acondicionado para pasar un día en la naturaleza.
Al salir de Casa Rabosa enlazamos con el asfalto y ya será el formato de suelo que tendremos bajo nuestro píes hasta llega a nuestro coche, del que nos separa 1 km y un tramo en zigzag y repecho cerrado.
Una bonita y agradable ruta circular por Rabosa con bastantes alicientes, puntos de paso interesantes, una cima puntiaguda y unos senderos con una agradable vegetación que llega a sorprender.
Un recorrido tranquilo, sin grandes desniveles y que permite descubrir a fondo una bonita zona. Totalmente recomendable.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

0	Inicio ruta	00:00
1	Encrucijada caminos	00:50	00:55
2	Torre observ. madera	01:15	01:20
3	Ermita de Catí	01:40	01:45
4	Peñón de la Foradà	02:30	02:40
5	Tramo asfalto	03:20
6	Cima	03:50	04:20
7	Desvío a PR-V 6.4	05:20
8	Casa de Rabosa	05:50	06:00
0	Fin ruta	06:15

FECHA	Abril - 2015
NIVEL DE RUTA	Medio
TIPO DE RUTA	Circular, excepto tramo cima
ALTITUD CIMA	997 m *
TIPO CIMA	Pico
KMS RECORRIDOS	13
PR-V/s USADO/s	6.3 / 6.4 / 6.7 Parcialmente
PR-V/s USADO/s	143 Parcialmente