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En el norte de la provincia de Alicante y junto a la costa emerge una humilde sierra por su altitud máxima (508 m) pero que esconde detalles que sorprenden a quien se decide visitarla. Esta es la Sierra de Segaria.
La sierra por desgracia no es tan conocida como otras que salpican la escarpada provincia de Alicante y desconcierta que siga en esa oscura situación teniendo en cuenta todo lo que ofrece como es su impresionante cresta, o una inmensa y profunda cueva, así como un trozo de recorrido encauzado por una antigua acequia en desuso o una ladera norte totalmente selvática.
El inicio de la ruta se encuentra en la pequeña población de Benimeli, en las faldas de la sierra. Entramos al pueblo y accedemos a la calle "Ecce Homo" y dejamos el coche en un punto intermedio. Una calle que asciende, la del "Parque", es por la que empezaremos a andar. Comenzamos la ruta.
Tras el ascenso de la calle se llega a un rellano con una caseta perteneciente a aguas potables pero antes de la caseta hallaremos un pequeño caminito que viene desde el pueblo, un vía crucis que descartamos, seguimos hasta la caseta.
Tras la caseta, una valla que cerca un pequeño embalse de agua y un pequeño sendero marcado con señales del SL-V 109 que nos lleva ascendiendo por un bonito barranco hasta el collado del Pas de Benimeli.
El ascenso si se hace matinal se hará en sombras pues a nuestra derecha tenemos un enorme peñón. La senda es cómoda y está muy bien marcada, a cada paso vamos tomando altura y obteniendo unas bonitas vistas al barranco a nuestra izquierda, pues ascendemos por el lado derecho y echando la mirada atrás a las pequeñas poblaciones de Benimeli, Rafol d'Almunia, Sagra, Tormos ... y a la sierra del Migdia y al peñón del Cavall Verd.
Este ascenso es muy directo, casi en línea recta con excepciones de zigzags al final y en todo momento tendremos la visión de las antenas en la parte alta como dirección a seguir. A tener en cuenta que será el único tramo de toda la ruta por el que volveremos a pasar y será al final de la ruta para volver a Benimeli.
Así llegamos al collado del Pas de Benimeli, un pequeño rellano en donde se termina la ascensión del barranco. Encontraremos un par de pequeños pozos de agua muy cercanos y una gran pila alargada de piedra.
A partir de aquí nos enganchamos al PR-V 415, un exquisito sendero que usaremos en su totalidad para realizar la circular a la sierra y por ello el collado se volverá a alcanzar tras esa circular.
Tenemos las antenas a escasa distancia y hacia allí nos dirigimos, hay que ascender una pequeña ladera empedrada siguiendo las señales del PR-V que están solapadas con la del SL-V que todavía sigue en esa dirección.
Tramo hacia las antenas bien señalizado por pintura y mejor seguir sus señales pues es muy fácil perder el sendero entre tanta piedra y roca.
Pronto llegamos al collado del Barranc de Ramón, previo a las antenas y en donde coincidiremos con la carretera asfaltada por la que se llega a las antenas. Obtendremos las primeras vistas hacia la vertiente norte, hacia la comarca de La Safor, hacia la costa, a su inmensa llanura. Si oteamos bien se pueden ver las antenas de Mondúver.
Avanzamos por el asfalto y por un repecho llegamos a las antenas y las casetas de ellas, pasamos por un lateral y alcanzaremos un buen lugar en donde poder disfrutar de unas magníficas vistas, ahora hacia el sur, hacia toda la Marina Alta.
Estamos en un claro, en un rellano y desde aquí veremos perfectamente y en primer plano el collado del Pas de Benimeli y el enorme peñón que nos hizo sombra durante el ascenso por el barranco inicial. Más adelante una enorme llanura salpicada en la otra punta por el Montgó y el final de la Marina Alta al fondo, la cresta de Bernia. Acabamos de comenzar y ya nos quedamos maravillados por las primeras panorámicas.
En esta zona hay un antiguo poblado íbero, no es de extrañar la ubicación teniendo en cuenta las buenas vistas que obtenían a su alrededor desde aquí.
Proseguimos, dejamos atrás las antenas y enlazamos con un pequeño sendero que nos lleva en dirección a un peñón que vemos a lo lejos. Un tramo de senda muy aéreo pues las vistas son estupendas. Mejor aprovechar el tramo y disfrutarlo.
El pequeño sendero tiene un final espléndido, lo que parecía era un pequeño peñón realmente es una espectacular pared vertical perteneciente a la cresta de Segaria que nos corta el paso.
Pero el sendero no termina aquí, realiza un descenso pronunciado y vertiginoso entre rocas y pegado a la pared y que termina metiéndose en zona de umbría, en la vertiente norte de la sierra, en una zona selvática llena de palmitos y vegetación a raudales. Un tramo de descenso fácil pero intenso por el cambio de sensaciones tan rápidas y con la costa de La Safor como horizonte.
En un instante hemos descendido bastante y nos ha absorbido la vegetación de la vertiente norte aunque todavía estamos pegado a la pared vertical de la enorme cresta.
Continuamos y en pocos metros llegamos a un cruce del PR-V 415 señalizado con postes, con dirección Portet de Beniarbeig o Font del Català, tomamos dirección Font. [El Portet de Beniarbeig es un paso por el medio de la cresta por el que se cambia de vertiente y por el que llegaríamos en breve a la Cova Bolumini desde ahí].
Guiados por la señales del PR-V avanzamos en paralelo a la cresta de la sierra pero a un nivel inferior por un tramo totalmente selvático, la vegetación lo invade todo, la senda es evidente pero se agradecen las señales.
Es tanta la espesura que por momentos avanzamos por especie de tubos formados por ramas cubiertas de vegetación, a nuestro alrededor todo verde, un bosque de pequeños árboles, de matorral que lo invade prácticamente todo pero sin llegar a molestar en el progreso ... ¿Avanzamos por un sendero de Segaria o por un sendero extraído de algún cuento de hadas?
Seguimos en paralelo a la cresta pero vamos descendiendo poco a poco, aunque la vegetación empieza a abrirse, continua abrumando. En un momento hay un cambio de dirección a la izquierda pronunciado para llegar en pocos metros al cruce con la Font de Català casi sin darnos cuenta, de súbito.
Hemos salido de la espesura y nos encontramos en campo abierto, en una zona con bancales, se terminó el descenso de la ladera norte de Segaria. Ha sido un bonito e impresionante tramo totalmente selvático que se ha disfrutado metro a metro.
Nos acercamos a la Font de Català y para ello usaremos un camino que desciende ligeramente y que usaremos como ida y vta, escasos 100 metros. Un lugar acondicionado con asientos de piedra y una pequeña fuente bajo un gran árbol. Buen lugar para quien quiera realizar un primer descanso.
Desandamos los 100 metros y proseguimos hacia el noreste dirección Morro de les Coves, por la base de la vertiente norte de Segaria, continuamos en umbría.
Durante este tramo vamos ascendiendo levemente la ladera por un pequeño sendero evidente, con buena vegetación bordeándolo pero sin abusar esta vez y con un horizonte hacia la costa de La Safor perfecto.
Llegamos al cruce del Portet de Ondara y la señal de aviso de que estamos llegando es empezar a ver un enorme peñón puntiagudo asomando en el horizonte. En el cruce si seguimos de frente vamos dirección al Morro de les Coves pero nos desviamos a la derecha aquí si queremos ascender a la cima de la sierra. Todo señalizado con un poste del PR-V.
El ascenso a la cima de Segaria es un tramo de ida y vuelta totalmente imprescindible pues en este tramo obtendremos las mejores vistas de toda la ruta.
A los pocos metros de empezar a ascender llegaremos a un pequeño collado en donde tenemos 2 opciones, a la izquierda el gran peñón puntiagudo que asomaba al llegar al Portet de Ondara, a la derecha cima. Primero al peñón.
La visita a este singular y llamativo peñón es totalmente opcional pues aun siendo un tramo corto es algo complicado al no haber senda alguna y tener que ascender dando saltos entre piedras lapiaz y de cierta altura. Una prueba a nuestra habilidad y destreza.
En cierto modo es interesante llegar a la cima de ese peñón pues estaremos en la parte más al noreste en toda la ruta en alto y las vistas desde aquí son espectaculares en todas direcciones al no tener impedimentos visuales hacia la costa, un lugar privilegiado y que sin duda compensa al pequeño esfuerzo extra que se realiza para llegar.
Hay que extremar las precauciones en la cima en este primer peñón, estamos a escasos centímetros de cortados de decenas de metros de caída libre y con las piedras lapiaz podemos tener traspiés inoportunos.
Es también el mejor lugar para admirar la ladera que ascenderemos minutos después para llegar a cima y así hacernos una idea del esfuerzo que necesitaremos.
Volvemos al pequeño collado de antes, donde hay un pequeña sima (precaución) y ahora si, iniciamos el ascenso a la cima.
El ascenso final a la cima de Segaria se hace por una ladera abrupta en el que estaremos continuamente dando pequeños saltos y pequeñas trepadas, oteando las mejores opciones para sortear las grandes rocas lapiaz de las que está compuesto este gran repecho final.
Es un tramo sin tregua en la verticalidad y en el que la senda es inexistente. La mejor opción es seguir las señales de PR-V pintadas en las piedras para realizar un ascenso relativamente armonioso por las rocas menos escabrosas, pero es fácil descarriarse y avanzar finalmente por donde queramos, porque el objetivo a alcanzar es claro, aunque siempre con cierta lógica y prudencia.
Finalmente cima. Escasos 508 metros pero las vistas son vertiginosas. El vértice geodésico se encuentra escasamente a 1 metro de una vertical de la cresta de algunas decenas de metros de caída en picado y a nuestro alrededor una panorámica increíble.
Hacia el este tenemos la línea costera al completo que va desde la pequeña bahía de Cullera hasta prácticamente Xàbia con el voluminoso macizo del Montgó como nota discordante a tanta llanura costera, toda la costa salpicada de pequeñas casas, urbanizaciones, chalets ... edificaciones que desde aquí arriba parecen migas de pan esparcidas.
Gracias a un día claro y nítido, mirando hacia el horizonte del mar se pueden ver leves elevaciones sobre la línea final pertenecientes irremediablemente a las Islas Baleares y no como unas manchas indefinibles, sino contornos bastante visibles. Todo un lujo.
Al oeste toda la impresionante cresta de Segaria, un perfil agreste, escarpado y vertical, con apariencia de ser complicada su travesía, solo apta para aventureros extremos. Vista desde la cima se aprecia toda su belleza natural y aceptamos conformarnos con disfrutarla visualmente. Al fondo de la cresta se pueden otear como asoman las antenas, donde estuvimos anteriormente.
Y a ambos lados de la cresta las 2 vertientes de Segaria, la norte la más vertical y abrupta, más selvática, con vegetación ocupando la mayor parte de la zona, un lugar donde la umbría vence al Sol, donde el verde impera.
Sin embargo en la vertiente sur la ladera aun siendo muy pronunciada no tiene esas caídas verticales a plomo. Pero si reina la roca, la aridez, la solana ... una vertiente prácticamente yerma en comparación a la norte.
Y desde la cima, desde la cresta, podemos observar ambas laderas antagónicas y apreciar que ambas vertientes tan diferenciadas solo están separadas por escasos metros.
Desde cima tenemos toda la Marina Alta a la vista y podemos observar todas las sierras y elevaciones más importantes del norte de la provincia de Alicante. El Montgó, la sierra de Pedreguer donde está la cima del Castell d'Aixa, la cresta de Bernia, más a la derecha la sierra del Carrascal de Parcent y a su lado el peñón del Cavall Verd y la sierra del Migdia.
Más al fondo de todas ellas, sobrepasándolas, podemos llegar a vislumbrar Aitana y la Serrella. Y frente a nosotros, en las faldas de Segaria una gran llanura repleta de campos de cultivo, parcelas y poblaciones diseminadas (Beniarbeig, Ondara, Pedreguer).
Y si miramos al norte igualmente una gran llanura (más amplia que la de la Marina Alta) y solo a gran distancia empezamos a ver sierras y elevaciones pertenecientes a Valencia, aunque a nuestra izquierda tenemos las sierras del Vall de Gallinera (Alicante).
Un pequeño buzón metalizado junto al vértice nos sirve para dejar las sensaciones que estamos viviendo.
Con la impresión de haber alcanzado una humilde cima en altitud, pero inmensa por su formidables vistas, nos alejamos del vértice iniciando el descenso de Segaria.
Si complicado fue el ascenso, igual lo es el descenso. Las rocas lapiaz convierten el descenso es un tramo de continuos saltos en donde otear las mejores opciones se hace indispensable para no llegar a puntos muertos difíciles en avance.
De nuevo las marcas blanqui-amarillas pueden guiarnos y mejor ser fieles a ellas. Pero indudablemente se hace mucho más rápidamente que el ascenso y con tanto salto y brinco se nos puede hacer hasta entretenido. Pero ... hay que extremar las precauciones, estamos en un terreno empedrado y de rocas lapiaz y el peligro siempre existe. Despacio pero seguro.
Llegamos al collado donde está la pequeña sima y de ahí al Portet de Ondara en cuestión de minutos, proseguimos dirección a la costa, al Morro de les Coves. A partir de aquí iniciamos un tramo que es en continuo descenso para bordear y cambiar la vertiente de la sierra.
La senda está muy bien marcada, es evidente y no tiene pérdida porque también está bien señalizada.
Primeramente pasaremos cerca de la base del primer peñón donde estuvimos anteriormente, un lugar extremadamente puntiagudo desde abajo y después pasaremos por carteles que nos advierten de la posibilidad de visitar la Penya Roja.
Este es un peñón más al norte separado de la cresta principal de Segaria cuya visita se descarta por no alargar mucho más la ruta y con el convencimiento de que no mejoraríamos las vistas obtenidas desde la propia cima. Quizás para otra ocasión.
Seguimos descendiendo en continuos zigzags una ladera muy vertical, agreste, y con tan solo monte bajo y palmitos, una zona árida y quizás el tramo más "ingrato" de toda la ruta. Ante nosotros aparecerá a un nivel muy inferior el asfalto de la AP-7 con el continuo tránsito de vehículos.
A nuestra derecha la cresta de Segaria nos acompañará continuamente pero conforme vamos avanzando y descendiendo notamos como va desapareciendo para poder pasar de lado de vertiente por llano.
Finalmente cuando tras mucho avanzar y descender zigzagueando nos colocamos en perpendicular a la cresta de la sierra y en paralelo a la AP-7 (a escasos metros, a tiro de piedra prácticamente) apreciamos que empezamos a cambiar de vertiente ... pero antes ... el Morro de les Coves.
La parte más al oeste de Segaria es una pared vertical por cuya base pasa el sendero, estamos encajonados entre la pared y la AP-7 y entre esas paredes aparecerá la entrada a una cueva.
La boca de esta cueva es de grandes dimensiones, unos 5 metros de alto por otros 5 de profundo y con cierta forma ovalada, es una zona externa de la cueva, una especie de "vestíbulo" amplio bien iluminado en donde el paso de la mano humana se nota (suciedad, pintadas ... la típica falta de respeto a la naturaleza).
Pero no es la totalidad de la cueva. Al fondo del "vestíbulo" encontraremos una abertura muy estrecha, más ancha que alta y de escaso 1 metro y poco de altura. Asomamos la cabeza y solo encontraremos ... oscuridad, y cuanto más al fondo más negro.
Con la buena previsión de llevar siempre en la mochila una pequeña linterna, sorteamos la rendija agachados y pasamos al interior de la cueva.
Al ser su abertura tan estrecha, la luz solo pasa los primero 2/3 metros, a partir de ahí encendemos la linterna y avanzamos 5 metros ... y avanzamos ... 10 metros y seguimos ... 20 metros y pared, ya no podemos avanzar más. Si apagamos la linterna estamos en oscuridad abismal.
Estamos de pie erguidos. Los primero 10 metros se hicieron algo encorvados pero en el final se puede estar de pie y sobradamente. Con la linterna inspeccionamos y ... sorpresa ! un murciélago boca abajo dormitando ajeno al sol y al ruido del paso de los vehículos por la AP-7. Dejamos que siga durmiendo.
Salimos de la cueva sorprendidos por su profundidad y continuamos la marcha. Por las paredes que hay a nuestra izquierda pertenecientes a la sierra veremos más cuevas diseminadas (con profundidad indeterminada) pero que están fuera de ruta, hay que realizar campo a través para llegar a ellas. Ahora se entiende el nombre de la zona, Morro de les Coves.
Unos pocos metros más por la senda y por fin cambiamos de vertiente, estamos en la sur, mirando hacia la Marina Alta, ahora ya vemos (de nuevo) la vertiente sur de Segaria.
A partir de aquí ya podemos ver el recorrido de nuestro próximos kms, pues al fondo de la sierra vemos el collado del Pas de Benimeli haciendo una forma de "U", donde estuvimos y a donde nos debemos dirigir.
La senda realiza un descenso pausado entre cactus, palmitos y monte bajo dirección a una caseta con una chimenea alta con tejas. Más al fondo unas casas de campo a las que no llegaremos pues antes nos engancharemos a un camino de tierra ancho y al llegar a él giraremos a la derecha. Todo bien marcado por las señales PR-V 415.
Muy buenas vistas por esta zona de la imponente cresta de Segaria, podemos intuir donde está situada la cima y presumir que estuvimos ahí.
El camino de tierra realiza una gran "Z" ascendiendo y pasará por delante de una antigua cantera, una obra faraónica agotada de donde sacaron en el pasado enormes bloques y dejaron a la sierra con un bocado de grandes dimensiones y sus tripas al aire.
Pasamos por delante de la cantera en paralelo a ella y a escasos metros y nada más sobrepasarla, cuando el camino gira a la izquierda, nos salimos de él y cogemos una pequeña e imprevista senda que nos guiará en línea recta hasta el Parque de Segaria.
El parque es una amplia zona de esparcimiento acondicionado con albergues, merenderos, parques infantiles, fuentes ... todo bien rodeado por buena arboleda (la única más próxima a Segaria) una zona recreativa bastante interesante para pasar un día cerca de la naturaleza. Idóneo para realizar un descanso merecido, reponer fuerzas y el avituallamiento.
Tras visitar la zona buscamos un pequeño sendero ascendente que nos lleva al mirador de Segaria, que se encuentra en la parte alta del parque. Una tabla de orientación de baldosas (expoliada y derruida) nos podría informar de las vistas que tenemos frente a nosotros si no fuera por el lamentable estado. Pero reconocemos al Montgó, Sierra de Pedreguer y al fondo la cresta de Bernia desde aquí.
Junto al mirador hay un poste indicador hacia Cova Bolumini o Portet de Ondara. Seguimos rumbo a la Cova y en esa dirección el camino que nos guía es el interior de una antigua acequia de agua, un insólito tramo al no haber coincidido nunca antes en ninguna ruta anterior con un recorrido igual.
Sin dudarlo es totalmente inédito y curioso, a la vez que cómodo, aprovechar una antigua acequia para reconvertirla en tramo de sendero. Es una idea original y peculiar pues al andar por esta antigua acequia nos evitamos la ladera rocosa de Segaria y el avance se hace más ligero, siempre en llano.
La acequia avanza en paralelo a la cresta de Segaria dirección al collado del Pas de Benimeli. Al ir tan cómodamente tenemos tiempo para poder admirar a nuestro alrededor, sobretodo a la imponente cresta y así disfrutar de un placentero paseo en un entorno rocoso.
Realiza curvas sinuosas adaptándose al terreno y a la ladera de la sierra. Tiene tramos en muy buen estado (la inmensa mayoría de ella) y otros en los que la pequeña pared de contención del agua está derruida y rota (muy pocos). Hay un momento que salimos de la acequia, para evitar una antigua caseta para metros después reengancharnos.
Acabamos llegando a un cruce (Conjunt Hidrológic) es el que cogeremos para volver hasta el Collado de Benimeli pero antes avanzamos unos 30 metros y veremos otro cruce, el que se dirige a la Cova Bolumini. El exquisito tramo por la antigua acequia se acaba aquí.
Para visitar la Cova Bolumini hay que realizar un continuo esfuerzo por un pequeño sendero ascendiendo y zigzagueando por la ladera de Segaria. Es un esfuerzo extra que puede cogernos desprevenidos pues ya llevamos horas y kms en las piernas.
La senda no es muy limpia, está muy empedrada y mejor seguir las señales amarillas-blancas que nos irán guiando en el ascenso, un ascenso con cierta verticalidad y rigor que se amortigua con las ganas de descubrir y visitar la cueva.
El ascenso es más largo de lo que se preveía, llegamos a estar más cerca de la cresta que de donde iniciamos el ascenso ... pero sin dudarlo merecerá la pena.
Finalmente llegamos a un rellano, un remanso horizontal con un poste indicador, izquierda Cova Bolumini, derecha un Avenc (sima). Parece que vamos a descubrir algo más que una cueva ...
Primero la cueva. Nos dirigimos a ella sin tener una idea previa de su estructura ni tamaño y la sorpresa es mayúsculas al llegar a su entrada pues no es una cueva común con acceso en llano, en la misma entrada ya nos quedamos sorprendidos por su forma, es una cueva en descenso hacia la oscuridad con una profundidad bastante importante y con un tamaño respetable. Empezamos a destrepar.
La cueva se puede dividir en 3 zonas. La primera el tramo que se desciende y destrepa. Por aquí aún hay luz, claridad, pero conforme vamos descendiendo (con extrema precaución) la luz disminuye. Enormes piedras y rocas componen el descenso inicial, estructura de la sierra que cayó en el pasado abriendo al exterior la cueva. Es un descenso brusco, vertical, de unos 25/30 metros, hasta que llegamos a una zona llana,
Esta zona llana sería la segunda zona, siguen habiendo rocas y piedras pero se puede deambular relativamente bien, pero eso si, la luz de una linterna se hace recomendable, aunque sigue sin ser necesaria pero si queremos ver detalles de la cueva mucho mejor.
Goteos constantes desde el techo mojan las rocas del suelo y las paredes y los techos están repletos de estalactitas de enormes dimensiones y formas hipnotizantes. Y a nuestro alrededor algunos bloques de estalagmitas. Aparentamos haber entrado en otro mundo, estamos rodeado de silencio, de penumbras, de paredes de enorme belleza geológica.
Esta sala es grande, de unos 8/10 metros de altura y 10 de ancho, pasamos de una pared a otra admirando detalles y buscando las formas más llamativas. Hay una parte de una pared que aparenta ser un enorme órgano de catedral por sus enormes tubos encajados que terminan en el techo.
Y con la luz de la linterna descubrimos una tercera zona, la más profunda de la cueva, que está a cierta altura y que para llegar habría que trepar y en donde la luz artificial sería obligatoria. Esta zona la descartamos de visitar pues conllevaría cierto riesgo real y hay que ser conscientes de que se está en el interior de una sierra. Nos conformamos con rastrear con nuestra luz algo de esa zona y crear lúgubres sombras.
Después de un tiempo inspeccionando la cueva y descubriendo recovecos y rincones interesantes salimos del interior de la cueva ascendiendo por la pendiente empedrada que previamente descendimos, más fácil el ascenso. Y llegamos a la boca de la cueva. De nuevo luz, sol, el ruido del viento, los cantos de aves lejanas ... hemos estado en el interior de la sierra de Segaria, en sus mismas entrañas y volvimos al exterior.
Una experiencia totalmente recomendable que hace que valga la pena el esfuerzo a realizar para llegar a ella.
Ahora visitamos el avenc (sima), que está a unos 30/35 metros de la cueva por un camino en llano. Solo se puede visitar desde una posición, desde un sitio y desde ahí veremos una caída vertical a plomo irregular.
La imagen es sobrecogedora, una gran garganta que se estrecha conforme avanza la caída, ¿la profundidad? ... indeterminada.
La boca es grande y hay que extremar la precaución cuando estamos a escasos centímetros del borde. Al mirar hacia abajo descubrimos una gran columna a la izquierda del gran agujero y al final de él ... oscuridad.
Seducidos por su visión nos alejamos poco a poco de la sima e iniciamos el descenso de la ladera que tanto nos costó minutos antes para, ahora sí, regresar a Benimeli y terminar la ruta.
El descenso es vertiginoso, en zigzags constantes, lo que tanto costó momentos antes ahora es un descenso rápido para volver de nuevo a la antigua acequia y al peculiar camino. Una vez en ella, se terminó el descenso, se desanda unos 30 metros por la acequia hasta llegar al cruce dirección al Conjunt Hidrológic. Dejamos atrás la ladera y la acequia definitivamente.
Ahora el objetivo es regresar al Collado del Pas de Benimeli y avanzamos siguiendo las señales del PR-V 415 y pronto sorteamos, por debajo, una enorme cañería aérea que trasvasará agua. A partir de aquí un pequeño tramo de asfalto, que extrañamente se dirige hacia el sur, el collado a nuestra derecha ¿nos alejamos?.
Pasamos por una zona de chalets y casas de campo y tras unos 200 metros hay que estar atentos a realizar un brusco giro a la derecha. Con este giro, ahora si, encaramos rumbo al collado.
Ahora vamos por un camino cementado con muros de rocas a ambos lados, de momento el camino está siendo agradable y sin mayores problemas, aunque notamos que poco a poco se empina.
Hay un momento bastante ambiguo y es cuando el camino cementado termina en un conjunto de rocas que corta el paso y tras ellas no existe un camino o sendero evidente, aparenta ser un barranco en mal estado ¿es por ahí? avanzamos adentrándonos en algo parecido a un sendero pero porque encontramos señales blanca-amarillas (que por esta zona no se dejan ver con facilidad).
Vamos ascendiendo y avanzando y poco a poco el sendero se materializa y se conforma en algo más aceptable. A nuestra derecha tenemos bancales de cítricos y por momentos iremos muy pegados a ellos, casi nos metemos en ellos. El sendero sigue sin ser muy evidente, parece encontrarse muy deteriorado o erosionado.
Finalmente dejamos atrás los bancales y tras un repecho empedrado encontramos un sendero ya bastante más evidente y obvio que se adentra en una zona boscosa con muy buena arboleda. Se terminaron las ambigüedades.
A nuestra derecha tenemos la enorme y yerma ladera de Segaria por donde ascendimos para llegar a la cueva y a la sima, difícil localizar donde se ubican ambas oquedades. Empezamos a ver de nuevo las antenas.
Como hay que llegar a un collado, la senda que recorre la zona boscosa es en ascenso aunque no conlleva grandes problemas, si acaso la acumulación de kms y horas de la jornada hará que sea menos llevadero de lo que debiera, pero la pinada que vamos atravesando vigoriza el ánimo a cada paso por su pequeña espesura (¿es la única pinada de toda la ruta? ... pues la verdad es que si).
Pasamos muy cerca de la base del peñón del collado, es la señal de que ya estamos cerca de él. Un pequeño repecho y llano.
El lugar ya nos suena bastante, estamos de nuevo en el Collado del Pas de Benimeli, de nuevo los pozos y la pila de piedra alargada en el suelo.
Echamos la vista atrás y veremos toda la cresta de Segaria y su ladera sur y que hemos atravesado de punta a punta. Justo al final de ella se puede divisar, algo lejana ya, la cantera desde donde iniciamos el regreso.
Ya solo queda volver a Benimeli que se encuentra al final del barranco en descenso. El sendero y el barranco es el que ascendimos al principio de la jornada, pero las condiciones ahora son totalmente distintas. Ahora el barranco está completamente soleado, con una luz solar primaveral que hará que se nos presente como nuevo, como si fuera la primera vez que pasamos por él.
Entramos a Benimeli, la caseta de aguas potables, la calle del "Parque" y nuestro coche en plena población esperándonos.
Al principio de la jornada iniciaba a andar para recorrer una sierra de la que tenía muy poca información, algo desconocida, sin saber muy bien que me encontraría y que me ofrecería. Al terminar, la Sierra de Segaria pasó a convertirse en una de mis sierras favoritas y la ruta realizada una de esas rutas difíciles de olvidar por su continua intensidad física y emocional. Un placer descubrir Segaria.

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0	Inicio ruta	00:00
1	Coll del Pas de Benimeli	00:25	00:30
2	Antenas	00:50	01:00
3	Font de Català	01:45	01:50
4	Cima	03:00	03:40
5	Morro de les coves	04:40	04:50
6	Parque de Segaria	05:15	05:35
7	Cova Bolumini / Sima	06:30	06:55
0	Fin ruta	08:00

FECHA	Marzo - 2013
NIVEL DE RUTA	Alto
TIPO DE RUTA	Circular, excepto tramo inicio / cima
ALTITUD CIMA	508 m
TIPO CIMA	Pico
KMS RECORRIDOS	15
PR-V/s USADO/s	415 Completo
PR-V/s USADO/s	SL-V 109 Parcialmente