Untitled

Los Frailes de la Serrella es uno de esos mágicos lugares que esconde el interior de la provincia de Alicante. Concretamente es una zona de la ladera norte de la Serrella cubierta por unas agujas de roca caliza de impresionantes dimensiones y cinceladas por la naturaleza, unos monolitos de roca de enorme tamaño que reclaman nuestra admiración.
Deambular por en medio de ellos y recorrer ese pequeño laberinto de rocas es una experiencia inolvidable.
La ruta del día pasa por los Frailes para después realizar el ascenso a la cima que da nombre a la Serrella y así alcanzar una de las que tiene la enorme sierra. Sin duda la Serrella es una de las más espectaculares sierras de la provincia de Alicante por su atractiva estética y por conseguir en cualquiera de sus cimas unas panorámicas soberbias.
El inicio de ruta se encuentra en Quatretondeta, rodeamos la pequeña población por la carretera CV-754 y localizamos un pequeño desvío junto al punto kilométrico 5. En el inicio de este camino ya encontraremos un cartel informativo de los 2 PR-V que usaremos.
Avanzamos con el coche unos 200 metros y junto a un depósito podemos dejar el coche. Iniciamos la ruta.
Los primeros pasos se hacen por un camino de tierra ancho en línea recta hacia la Serrella. Desde aquí abajo ya tenemos un plano general de la vertiente de la Serrella que posteriormente se recorrerá teniendo al frente los monolitos dispersados por toda la ladera norte. Un buen momento para conjeturar por donde pasaremos dentro del laberinto rocoso.
El desvío en esta recta inicial lo marca una enorme Carrasca con un cartel especificando las características de sus medidas. Aquí giramos a la izquierda.
Poco a poco vamos ascendiendo, el camino es evidente y está muy bien señalizado en los pocos desvíos que existen durante el avance. Buen momento inicial para ir calentarnos piernas y disfrutar del entorno y de las vistas hacia los Frailes de la Serrella.
Pronto pasaremos junto a una pequeña y curiosa casa abandonada con balcón a escala, también pequeño.
El camino asciende levemente en continuos zigzags en ocasiones bordeado de monte bajo y en otras adentrándose entre buena arboleda.
Así llegamos a la Font de l'Espinal, el punto #1 de la ruta. De momento ha sido un cómodo y plácido camino llegar hasta aquí.
En el pequeño paraje encontraremos un par de chorros de agua fresca saliendo de una pequeña pared de piedras. Cerca de la fuente destaca un pequeño y antiguo olivo arqueado el cual sigue todavía en pie gracias a un par de troncos-estacas de apoyo.
Acabamos de empezar pero el lugar invita a una visita pausada, a realizar un pequeño remanso por tener cierto encanto la zona.
Continuamos la marcha pasando junto al olivo y a partir de aquí cambiamos el camino de tierra ancho por un pequeño sendero que se adentrará en una buena arboleda realizando pequeños zigzags y continuos repechos. Ahora si estamos cogiendo altura y ascendiendo desnivel.
En este tramo no tendremos a la vista la Serrella por la espesura de la arboleda que vamos recorriendo. Rampas continuas pero llevaderas.
Cuando empezamos a salir de la pinada volvemos a ver las paredes de la Serrella y observamos que ya estamos muy cerca de ellas.
Seguimos ascendiendo por el pequeño sendero en zigzags aunque el repecho final de este ascenso se hace por pequeños pedregales con un surco evidente en su interior que ayuda a seguir avanzando.
Llegamos al cruce circular, el punto #2 de la ruta. Todo lo que hemos hecho hasta ahora será lineal a la vuelta y será nuestro regreso. Estamos junto a las paredes verticales de la Serrella y rodeados de pedregales. A la izquierda el camino por donde regresaremos tras visitar la cima y por donde continúan las señales PR-V hasta el Plà de la Casa, a la derecha nuestra continuación y los Frailes esperándonos.
Echamos la vista atrás y en este punto seremos conscientes de que poco a poco hemos ido ascendiendo bastante y tendremos una panorámica perfecta de nuestro recorrido inicial y de Quatretondeta al fondo. Al otro lado de la llanura a nuestros pies está la sierra de la Almudaina al completo y asomando el Montcabrer a su izquierda.
A partir de aquí la ruta no tiene ninguna señal oficial, solo tendremos a nuestro favor algún hito en algún cruce y sobretodo nuestra capacidad de orientación.
Estando en el cruce giramos a la derecha y avanzamos en paralelo a la Serrella, el camino lo forma un surco que cruza los continuos pedregales y canchales de piedras de la ladera. Vamos en llano aunque iremos encontrando pequeños sube-bajas.
En algún momento el camino-surco del pedregal se acerca tanto a las paredes verticales que por ahí si que pasaremos por pequeños senderos invadidos por vegetación, pero esto será en contadas ocasiones.
Avanzamos cómodamente por el pedregal con buenas sensaciones por lo que nos rodea pero con una caída a nuestra derecha a tener en cuenta, hay que llevar un mínimo de precaución por esta zona. A nuestra izquierda enormes paredes verticales y numerosos peñones de respetable tamaño, esto hace que solo podamos seguir la misma dirección y que el camino-surco en ocasiones sea bastante aéreo.
Tras unos subes-bajas empezamos a ver los primeros frailes definidos al final del camino, las emociones parece que empiezan.
Unos de los primeros que veremos (a cierta distancia) será el que tiene un perfecto agujero circular en su parte superior, como si fuera el ojo de todos ellos que advierte de la llegada de alguien a la zona.
Pero antes de llegar a esa zona encontraremos bajo una joven carrasca un hito de piedras en donde elegir entre 2 caminos, seguir de frente o empezar ya a ascender a la izquierda.
Giramos a la izquierda y empezamos a ascender por un repecho vertical empedrado en el inicio para posteriormente estar totalmente invadido por la vegetación.
Mirando hacia arriba en este tramo ya veremos algunas enormes agujas pétreas por encima de nuestra cabeza, estamos accediendo a los frailes.
Entrando en la espesura de la segunda parte tenemos a nuestra izquierda una enorme pared con un inmenso agujero de incalculables dimensiones (de momento), aparenta ser una cueva y ahora caemos que es aquel gran agujero que se apreciaba al principio de la ruta cuando admirábamos los frailes desde abajo, tenemos suerte y parece que vamos a pasar cerca de él.
Mirando en dirección a la cueva la vegetación lo invade todo y no podemos calcular muy bien sus dimensiones ... ¿y el camino? de camino poco ... matorral bajo, maleza, pequeños árboles lo invaden todo pero ... allá vamos.
Nos dirigimos hacia la cueva ascendiendo terraplenes asilvestrados, apartando maleza y ramas como podemos pero sin mayores dificultades, al poco la senda se va definiendo mucho mejor y nos guiará hasta la base de la cueva. Llegamos por su parte derecha.
¿Una cueva? la formación realmente no es una cueva, en un inmenso arco de más de 12/13 metros de altura y 9/10 de ancho, una envergadura espectacular, un pequeño "Arco del Triunfo" en medio de la naturaleza. El grosor del arco podría llegar a tener 2/3 metros.
Asombrados ante tan magna y natural obra realizamos el primer descanso para aprovechar el lugar y disfrutarlo. El acceso al arco ha sido algo complicado y enrevesado pero mereció la pena llegar hasta él.
Podemos tan solo llegar a estar bajo el arco, se podría atravesar pero por detrás de él tan solo hay rocas caídas y vegetación salvaje y un enorme muro que ya termina de cortar el paso. Para quien haya visitado "Els Arcs", situados en la cara norte de la Aixortà, le verá cierto parecido, pero aquellos tiene un acceso privilegiado, este lo tiene algo complicado y está más "disimulado".
Bajo el mismo arco tendremos una panorámica perfecta hacia la sierra de Almudaina y por detrás de ella asomando tímidamente la de Benicadell.
Regresamos sobre nuestros pasos para volver a la senda anterior, hay que hacerlo con precaución porque ahora los terraplenes son en descenso abrupto pero esta vez los ramajes nos ayudaran como puntos de anclaje.
Tras la visita al arco continuamos ascendiendo por la senda vertical anterior. Está continuamente empedrada y con una verticalidad importante y ascendiendo por ella pasaremos por un pequeño embudo de peñones o paredes verticales, se nos hace umbría con tanta altura a nuestro alrededor ya que no deja pasar el sol. Espectacular el momento.
La senda es evidente y no tiene pérdida, en la parte final, cuando ya terminamos de ascender, llegamos a un pequeño rellano y descubrimos que ya estamos rodeados de afiladas agujas y monolitos de roca ... estamos de lleno en los frailes.
En el rellano, la vegetación lo invade todo y quizás es uno de los pocos momentos ambiguos de la ruta, ¿la continuación de la senda? parece que se ha perdido y hay que buscar su continuidad afanosamente.
En el trascurso de la búsqueda de la continuación de la senda descubrimos que estamos en un pequeño altillo, un pequeño balcón con vertiginosas vistas a nuestro alrededor y que tenemos algunas afiladas agujas de los frailes "a mano".
Finalmente alcanzamos a atravesar la vegetación y avanzamos por una senda invadida que se dirige a un gran pedregal y que está rodeado al completo por agujas de frailes, las vistas y sensaciones por aquí se magnifican.
Atravesamos en perpendicular el pedregal, mirando hacia arriba rocas sueltas, mirando hacia abajo rocas sueltas, estamos acorralados en un enorme pedregal y de algunas figuras de los frailes a nuestro alrededor.
La senda-surco por el que vamos tiene continuación pero antes de que vuelva a entrar en vegetación giramos a la izquierda y empezamos a ascender de lleno por el pedregal (*) por algo parecido a sendas ¿son sendas? o ¿nos las inventamos? decir que se asciende por una senda por el medio de un pedregal o canchal es ser bastante optimista.
Ascender por pedregales es una de las acciones más duras que se puede hacer en una ruta de senderismo, en esta ocasión el momento es inevitable.
Quizás este tramo es el más duro de toda la ruta, el pedregal es extremadamente vertical (alcanzando por momentos los 45 grados), insaciable, pero no nos coge por sorpresa, sabíamos a lo que veníamos. Si queremos ascender hasta la cima de la Serrella por los frailes el paso por pedregales es obligatorio por aquí.
En esta zona intentamos acercarnos lo máximo posible a la zona con vegetación pues por ahí las piedras están más firmes y no se remueven con tanta facilidad. No tenemos prisas, avanzamos lento pero seguros y nos vemos obligados a hacer paradas continuamente por dos motivos : El primero para realizar pequeñas pausas para recuperar aliento y el segundo y más obvio ... ¡¡para disfrutar de las vistas del entorno!!, estamos rodeados de una espectaculares agujas de frailes con formas y detalles sugerentes. Momento único, duro físicamente pero estimulante visualmente.
Por suerte el pedregal se vuelve más benévolo y su verticalidad se apacigua poco a poco ... e incluso aparece un pequeño sendero. Finalmente se vuelve a andar en horizontal y las piernas lo agradecen , hemos llegado a una pequeña planicie rocosa que nos sirve como pequeño collado para cambiar de barranco, estamos en alto y a nuestra derecha mirando hacia abajo vemos otro pedregal y este ... ¡¡¡ más grande todavía que el que hemos ascendido !!!
Pero no hay que preocuparse mucho, estamos en alto y como hay que llegar a él descendiendo, realmente al contactar con este segundo ya llegamos a su parte alta. [(*) Estando en el primer pedregal, si no hubiéramos girado a la izquierda para empezar a ascender de lleno, de haber continuado de frente entrando en vegetación, se hubiera llegado al inicio de este 2º y gran canchal de piedras y se ascendería desde su base.].
Empezamos a descender dirección a este 2º pedregal por un pequeño camino empedrado pero también con roja fija. No hay más opciones que bajar por ahí porque a la izquierda tenemos grandes peñones y rocas y a nuestra izquierda la vertiente con una verticalidad importante. El pequeño camino desciende directamente al pedregal. A partir de aquí nos despedimos de los monolitos de los frailes, hasta la próxima.
Llegamos al 2º pedregal y miramos hacia abajo y no vemos su inicio, es tan vertical y empedrado que su propia verticalidad no deja verlo. Estamos encajonados en un inmenso barranco, es el de Figueretes, un canchal de infinitas piedras con enormes paredes a nuestros lados. Este es sin duda el pedregal más grande de todos los de la zona, inmensa amplitud y enorme longitud, por el que es inevitable pasar si queremos ascender a la Serrella por los frailes. Un lugar en el que las rocas y las piedras lo invaden todo.
Preveíamos llegar a la parte alta del canchal pero no es así, aún hay que ascender algo por él para alcanzar un gran muro de roca que vemos más arriba que nos hará girar a la izquierda.
De nuevo el avance es lastimoso, intentamos avanzar cuidadosamente oteando las mejores opciones y medianamente bien se asciende y se llega al inicio de la pared vertical.
Echamos la mirada atrás y veremos el inmenso canchal de rocas y piedras en toda su extensión, más de 300 metros de descenso de piedras y rocas, pero del que solo hicimos la 1/4 parte gracias al desvío que tomamos con anterioridad.
Llegar a esta pared vertical donde giramos a la izquierda no nos supone ninguna mejora en el avance, ante nosotros otro enorme pedregal que realmente es un brazo girado del principal por el que estamos ascendiendo.
La mejor opción para subir este pedregal es hacerlo muy pegado a la pared vertical. Encontraremos algo de vegetación y las rocas no se removerán tanto. Se intuye algo de sendero o surco entre las rocas debido al paso de los pocos y temerarios que harán la ascensión por aquí. Este tramo es igual de implacable que los anteriores, por momentos iremos ascendiendo en 45 grados, casi a 4 patas.
Pero tenemos una ventaja y es que somos sabedores que es el último pedregal a ascender por lo que el ánimo se fortalece, el empuje se reactiva y el aliento se recupera solo.
Poco a poco vamos notando como la extrema verticalidad se va atenuando cada vez más, hasta el punto de que el pedregal de pronto se corta. Como por arte de magia las rocas y piedras desaparecen y la verticalidad del canchal que se asciende se atenúa hasta la horizontalidad bajo nuestros pies.
Miramos hacia abajo desde arriba del pedregal y es tanta su verticalidad que no se ve su inicio de nuevo, solo se ven rocas y rocas en un embudo compuesto por la pared, rocas sueltas y algo de matorral y maleza que es por donde subimos
Sin duda una leve sonrisa aparecerá en nuestra cara al sentir la satisfacción de haber terminado con todos los pedregales en toda la ruta, hemos salido airosos y con el objetivo cumplido. Lo más difícil, complicado y vertical de toda la ruta del día se terminó. Se consiguió ascender por los frailes a la parte alta de la Serrella.
A nuestro alrededor empezamos a tener nuevas vistas, el horizonte se amplia y podemos ver nuevas elevaciones, en este caso la Penya Moro.
En este punto, donde termina el último pedregal y empieza la vegetación, giramos bruscamente a la derecha e iniciamos a ascender una zona rocosa en donde encontraremos una senda definida pero por donde deberemos hacer por momento alguna que otra trepada. Por aquí encontraremos alguna señal roja de pintura guiándonos.
Terminamos la zona rocosa con las pequeñas trepadas y el sendero se vuelve evidente y empieza a llanear. A nuestra izquierda tenemos la ladera de Penya de Creus que estamos bordeando, a la derecha a cierta distancia la Penya Moro con una ladera cubierta de pinos y copas verde y al frente un pequeño y coqueto sendero que nos dirige a un frondoso bosque.
Sí, un frondoso y espeso bosque de pinos de gran altura. En cuestión de pocos minutos hemos pasado de estar machacando las rodillas ascendiendo por pedregales de extrema verticalidad a pasear cómodamente por un bosque denso y de gran altura de pinos. Un cambio tan radical que quedamos gratamente aturdidos.
El bosque es perfecto para despedirnos de las rocas e iniciar la segunda parte de la ruta, la visita a la cima de la Serrella.
Atravesamos el bosque (unos 150 metros) y la pequeña senda termina en un gran camino de tierra, una pista forestal. Encontraremos algunos pequeños hitos llegando a la pista.
Al llegar a la pista debemos ser consciente de que los esfuerzos físicos importantes terminaron definitivamente y que el resto de la ruta será un grato paseo campestre por la parte alta de la Serrella. Con esa idea giramos a la derecha e iniciamos a andar por la pista.
Ahora vamos por un camino amplio, llano, bien bordeado de arboleda alta que nos da sombra y tan solo hay que dejarse llevar por el cómodo camino disfrutando del hermoso entorno natural que nos rodea, con pequeños repechos sin importancia.
Así, tras unos bucólicos 700 metros, llegamos a un cruce. A la derecha la cima de la Serrella, a la izquierda nuestra continuación tras la visita. Por tanto la visita a la cima será un tramo lineal.
Giramos a la derecha y el camino irá levemente ascendiendo encontrando tramos que están hormigonados para evitar erosiones.
Tras aproximadamente otros cómodos y gratos 700 metros andando entre arboleda de gran altura a nuestro alrededor, se llega a un gran claro. Aquí giramos a la derecha y empezamos el repecho final y definitivo a la cima de la Serrella.
Junto al vértice geodésico de la Serrella hay un refugio de madera, esto hace que los últimos metros antes de llegar a la cima se realicen zigzagueando por un camino muy bien marcado y delimitado por troncos y cuerdas a modo de pasamanos que nos guiarán generosamente hacia ambos sitios.
Un final feliz y complaciente que se convertirá en una especie de alfombra roja para alcanzar el punto más alto de toda la ruta, la Serrella.
Estamos a 1359 metros de altitud, más de 700 metros de desnivel ascendidos desde Quatretondeta y a nuestro alrededor una panorámica sublime y soberbia. El esfuerzo pasando por los pedregales de los frailes ha sido duro pero las vistas lo compensan todo y hasta el desgaste físico se olvida.
Junto al vértice se encuentra un coqueto refugio de madera y un pararrayos con un pequeño contador en su base, 2 han sido los caídos aquí hasta la fecha.
Las vistas son diáfanas e infinitas si es azul y sin nubes el día de la ruta (que por suerte es lo que disfruté).
La retahíla de sierras, montañas y valles que se ven desde la cima es inagotable, estamos en el epicentro de la zona norte de la provincia de Alicante y podemos contemplar un horizonte en 360 grados soberbio.
Destaca poderosamente tener a poca distancia y al completo la inmensa ladera norte de Aitana, lo que nos impide ver el Puig Campana, la única de las grandes alturas que se quedan fuera de la vista desde aquí.
Hacia el sur se puede ver e identificar sin problemas el Cabeçó d'Or, el Migjorn, Maigmó, Els Plans, Menejador ... pero impresiona mucho más poder llegar a ver hasta el puntal de la Playa San Juan y Cabo de la Huerta con su edificios junto a la costa (aunque muy sutilmente).
Al norte unas vistas que hemos tenido durante la mayor parte de nuestro ascenso por la ladera norte de la Serrella, el Montcabrer, un inmenso valle salpicado de campos de cultivo y la sierra de Almudaina. Pero la perspectivas han ido variando continuamente, de hecho ahora Benicadell no se asoma tímidamente, se puede apreciar a la perfección.
Un poco más a la derecha el Vall de Gallinera con la sierra de la Safor y de la Foradà. Es hacia aquí donde tenemos un enorme cortado, la única zona a tener en cuenta cuando deambulamos por la cima.
Y hacia el este la composición lineal del resto de la Serrella, la enorme pinada que hemos atravesado y más allá el Plà de la Casa y la Malla del Llop haciendo un pequeño y leve giro. A continuación observamos la sierra de la Aixortà y en la base de ella un tono azul se aprecia sin problemas ... un trozo del embalse de Guadalest y todo su valle junto a Aitana.
Más allá de la Aixortà vemos la sierra de Bernia que desde aquí aparenta ser una diminuta colina. Y detrás de ella ... la costa y el mar.
Con tales vistas el descanso y el avituallamiento habitual aparte de merecido hoy se hace desde una tribuna extraordinaria.
Dejamos atrás la cima, descendemos por el camino acotado de troncos y cuerdas y regresamos de nuevo al cruce anterior volviendo a pasar por el claro y el camino de tierra con la enorme pinada aunque esta vez en leve descenso.
Al llegar al cruce seguimos por el camino sin salirnos de él continuando por la derecha y haciendo una gran curva. Seguimos rodeados de buena pinada de gran altura. Pero justo cuando empezamos a descender la ladera, la arboleda se termina y volvemos a la típica imagen de matorral y monte bajo.
Desde aquí ya podemos ver un depósito de agua a un nivel inferior de la ladera. El camino de tierra por el que vamos pasa junto a él pero para ello debemos descender la ladera haciendo un gran "<", un descenso continuo e intenso que nos hará perder altitud muy rápidamente.
Hemos cambiado de vertiente, ahora estamos en la cara sur de la Serrella y será Aitana la que nos acompañe en estos metros iniciales del descenso de la ladera.
Al llegar al depósito de agua llegamos a la vez a un cruce de caminos, hacemos contacto con el camino de tierra que viene desde Benasau y por tanto con las señales del PR-V 23. A partir de aquí y hasta el final de ruta tendremos dichas señales para guiarnos sin problemas. Tomamos el camino de la izquierda donde hay una señal de "Prohibit fer foc".
Continuamos por un camino de tierra ancho y cómodo, por momentos bordeado de arboleda reforestada pero ya de gran altura y con unas vistas interesantes a varios peñones todavía pertenecientes a la Serrella. No tiene variantes por lo que nos dejamos llevar plácidamente disfrutando de un entorno bastante agradable. En es continuo pero leve descenso.
A mitad de este tramo pasaremos por un cruce de 4 caminos pero continuamos de frente descartando los giros más pronunciados. Se intuye la dirección correcta porque los 2 a descartar son más reducidos y se dirigen a bancales.
El camino realiza un par de curvas cerradas cuando empieza a asomar, por encima de las copas de la pinada, el peñón principal del Plà de la Casa.
Descartamos un cruce a la derecha después de la 2º curva cerrada (este camino se dirigiría ya al Plà de la Casa) y el camino empieza a disminuir en tamaño y a empezar a descender más continuamente, a notar que vamos a encajonarnos en algún barranco pues las vertientes laterales se nos vienen encima.
Podemos decir que hemos terminado aquí el recorrido por la vertiente sur de la Serrella, ha sido un tramo fácil, cómodo y muy agradable de recorrer por tener en los laterales del camino una pinada de gran altura que amenizó todo el recorrido.
Durante el descenso pasaremos por un cruce interesante señalizado con un poste, el desvío a tomar para coger una pequeña senda e iniciar el ascenso al Plà de la Casa, el PR-V 24 y 182, pero continuamos de frente y pocos metros después la Font Roja.
El paraje de la Font Roja está encajonado en un bonito lugar, en el Barranco Hondo. A la derecha una ladera agreste y muy vertical perteneciente al Plà de la Casa, a la izquierda las estribaciones más suaves de las faldas de la Penya Creus, aquella por la que pasamos tras ascender por los frailes.
Consiste en una caseta y de un lateral de ella sale un escueto chorro de agua que podemos aprovechar de ser necesario. Junto a la caseta una mesa de madera con bancos y una pila larguísima con agua y tonos verdes. Un lugar propicio para un descanso y retomar fuerzas si nos coge de camino la necesidad.
La Font comparte cruce con los PR-V 23, 24 y 182, todo muy bien señalizado con un poste. Continuamos la marcha cogiendo la dirección de los PR-V que se dirigen a Quatretondeta, y ahora por un pequeño sendero.
El sendero es muy aéreo, muy buenas vistas a nuestro alrededor, la ladera que estamos atravesando es muy vertical y logramos salvarla sin ninguna dificultad con buenas sensaciones.
A nuestra derecha la agreste vertiente del Plà de la Casa con enormes pedregales y canchales descendiendo por ella pero con un pequeño y diminuto sendero cortándolos en perpendicular (PR-V 182). Un sendero que será muy interesante recorrer en el futuro.
Pero por el nuestro también aparecen pedregales (ya los echábamos de menos) pero por suerte estos son en horizontal o en descenso. Al igual que tramos en zigzags que salvan desniveles importantes, progresamos y descendemos y eso permite avanzar cómoda y rápidamente.
Poco a poco cambiamos de vertiente y volvemos a tener un horizonte que reconocemos, Quatretondeta aparece al fondo. Hemos salido del Barranco Hondo, sin duda lo recordaremos en el tiempo por su estética y sus vistas que nos ha ofrecido.
Entrar en una zona de pedregales y de paredes verticales de gran altura será la señal de que estamos llegando al cruce circular (punto #2).
Este es el punto común de la gran circular que acabamos de realizar visitando los frailes, la cima de la Serrella, un paseo entre grandes pinos y la Font Roja. Tan solo nos queda volver al punto de partida con la virtud de conocer el camino pues es el que realizamos al principio de la jornada. Lo que anteriormente fueron zigzags y repechos ahora es un descenso continuo.
Al pasar de nuevo por la Font de l'Espinal la descubrimos diferente, la luz que ilumina el paraje es distinta y se nos antoja estar pasando por un nuevo sitio. Han pasado varias horas.
El resto del recorrido ya lo conocemos de sobra, pero en estas últimas curvas, últimos pasos antes de llegar al depósito donde tenemos nuestro coche es imprescindible echar la vista atrás y admirar de nuevo el laberinto pétreo de las agujas de los frailes.
Porque ahora con el sol del atardecer dando de frente a ellos podemos admirarlos mucho mejor e incluso adivinar cuales fueron nuestros pasos entre ellos, sobretodo porque apreciamos el arco sin dificultad, un punto de paso muy exacto y así concretamos nuestro itinerario mucho mejor. ¿De verdad pasé por ahí? Podemos presumir que así fue.
El ascenso por los pedregales de los frailes es físicamente fuerte, no apto para piernas no curtidas, pero el esfuerzo se compensa posteriormente al alcanzar la cima de la Serrella.
Una ruta colosal, sublime, de las que no se olvidan nunca, de las que posteriormente uno recuerda con gran satisfacción por haberla realizado y por haber pasado por un lugar excepcional, casi místico, de la provincia de Alicante, los Frailes de la Serrella.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

0	Inicio ruta	00:00
1	Font de l'Espinal	00:50	00:55
2	Cruce circular	01:10	01:15
3	Arco	01:35	01:45
4	Fin ascenso pedregal	02:30
5	Cima	03:15	04:05
6	Depósito de agua	04:25
7	Font Roja	05:10	05:15
0	Fin ruta	06:35

FECHA	Mayo - 2013
NIVEL DE RUTA	Muy alto
TIPO DE RUTA	Circular, excepto tramo inicio / cima
ALTITUD CIMA	1359 m
TIPO CIMA	Pico
KMS RECORRIDOS	13
PR-V/s USADO/s	23 Parcialmente
PR-V/s USADO/s	24 Parcialmente