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De nuevo regreso a la sierra de l’Algayat, sierra situada al este de la provincia de Alicante y en los límites con la de Murcia, pero esta vez con una deuda pendiente ... la de recorrer la cresta de la sierra.
Esta cresta, desde la cima de La Mina, se observa como una espectacular travesía que la primera vez que me acerqué a la sierra descarté por mi bisoñez, pero al observar la cresta quedó ese compromiso a realizar en el futuro. Ahora con el paso de los años y experiencia adquirida me encontré preparado para acometer tal experiencia.
Y así es, la travesía de la cresta es dura, diría que muy dura, por momentos se hace interminable, con pasos enrevesados y en ocasiones hasta delicados, por un sendero minúsculo, fácil de perder pero intuitivo ... aunque la experiencia y las vistas que obtenemos lo compensa todo.
A la travesía hay que añadir el recorrido por las faldas de la sierra para realizar el regreso al punto de partida haciendo así una ruta XXL por sus 21,5 kms. En conjunto, una excepcional jornada montañera que no defraudará a quien se atreva.
Comenzamos la ruta en el mismo lugar que la primera vez, en la pequeña pedanía de La Canalosa, perteneciente al Hondón de las Nieves.
Dejamos el vehículo en una de sus pocas y tranquilas calles, en este caso en la calle Nueva, e iniciamos a andar.
El primer objetivo es claro y ya conocido por mí, alcanzar el vértice de La Mina, pero para quien vaya por primera vez tampoco tendrá problemas pues desde La Canalosa parte el sendero PR-V 281 que guía el trayecto.
Los primeros pasos son callejeando por estas tranquilas calles y casas de campo sobre asfalto y así lo haremos, incluso alejados de las casas, hasta encontrar un giro a la izquierda a tener en cuenta. Un pequeño murete de piedras se encuentra en el inicio del giro. Comenzamos a caminar sobre tierra.
Al frente tenemos toda la sierra de l’Algayat pudiendo apreciar perfectamente la cima de La Mina al tener una gran pared vertical rojiza, por la que pasaremos, justo por debajo.
Hacia la izquierda toda la cresta de la sierra por la que iremos posteriormente, una travesía que desde aquí abajo se nos presenta interesante por su longitud y las vistas que intuimos obtendremos.
Al final de la cresta, más hacia la izquierda, la sierra vuelve a “emerger” para así crear una segunda cima a tener en cuenta, la cual será nuestro fin de travesía, la Penya Grossa.
La Mina tiene vértice y se encuentra a 1053 m de altitud, la Penya Grossa no tiene vértice y su cima se sitúa a 1087 m de altitud, entre medio una alargada cresta de unos 3 kms que será nuestra pequeña travesía del día y que tiene como curiosidad que constantemente tiene una altitud sobre los 950 m pero con dientes de sierra.
Pronto llegamos a un cruce, en forma de “V”, a tener muy en cuenta, el punto de encuentro al que llegaremos después de realizar la travesía y el regreso por las faldas sur de la sierra. Aquí hay un pequeño poste del PR que nos hace girar a la derecha, por el camino de la izquierda regresaremos horas más tarde.
Por encima de este cruce en forma de “V” hay otro camino que los une, cerrando el triángulo.
Seguimos por la derecha ahora en paralelo a la sierra, entre campos de cultivo y todavía en llano hasta que llegamos a otro giro, esta vez a la izquierda, que nos hace encarar las faldas de la sierra.
A partir de aquí a cada paso nos acercamos, ahora sí, a la sierra.
Así hasta que llegamos a un punto que ya fue ambiguo la primera vez, una especie de casas-cueva en donde termina el gran camino y lo cambiamos por un pequeño sendero, la señalización sigue siendo débil por esta zona pero recordábamos este aspecto de la otra vez.
Aunque esta vez parece que las colmenas de abejas no están en el mismo lugar.
Nos enganchamos al pequeño sendero y comenzamos a ascender por una especie de barranco con antiguos bancales pero bastante asilvestrado, con muy buena pinada.
Incluso la sensación de estar alejándonos de la sierra aparece, pero es por aquí.
Un árbol caído y con una evidente cruz de dirección incorrecta nos alerta ¿y ahora por donde? En este punto continuamos por la derecha por un pequeño sendero que asciende agresivamente una ladera muy vertical y rocosa pero que se suaviza poco a poco.
Al llegar a la parte superior de la ladera dejamos de ascender y ya tendremos La Mina situada al otro lado del barranco que terminamos de ascender, aquí comprenderemos que vamos a realizar una gran curva en forma de “U” para llegar a la cima por las laderas que tenemos frente a nosotros y con desnivel en progresivo y leve ascenso.
El sendero, en este tramo en forma de “U”, es bastante evidente y no tiene pérdida, sin cruces ni variantes. Avanzamos por un tramo con mucho matorral y monte bajo.
En el recorrido encontraremos pequeños repechos intercalados con tramos en llano.
Poco a poco realizamos el giro y afrontamos la pared vertical rojiza que continuamente hemos estado observando en el ascenso teniéndola a nuestra izquierda.
Para llegar a ella avanzaremos por un sendero algo aéreo por una parte de la sierra que se ha convertido en cresta, un tramo interesante pues las vistas hacia el peñón de La Mina son espectaculares, una inmensa mole que desde aquí no le vemos por donde atacar pero sabemos que debemos dirigirnos a él.
Pero antes pasaremos por uno de los pocos cruces que tiene este PR-V, está situado en un pequeño claro y llano de la cresta, previo a alcanzar las paredes rojizas, nosotros seguiremos hacia las paredes pero el panel ofrece la posibilidad de ir hacia La Romana desde aquí.
Y así llegamos a la base del peñón de La Mina, a la inmensa pared rojiza que estuvimos observando desde el inicio de la ruta.
Tenemos que avanzar continuando por el sendero que está pegado a la pared. A nuestra derecha una pared totalmente vertical de varias decenas de metros.
El tramo no es que sea complicado pero si que es bastante vertical y por partes empedrado, no hay otra opción, es por ahí, estamos encajonado por la pared y el declive de la ladera. Así que aunque perdamos momentáneamente el sendero podemos avanzar por donde queramos, escogiendo las mejores opciones.
Ahora a nuestra izquierda tenemos toda la curva en forma de “U” que momentos antes hemos realizado.
Un tramo muy interesante y digno colofón a alcanzar la cima de La Mina. Nadie dijo que fuera a ser un paseo y desde abajo se intuía que el tramo junto a la pared tendría su dificultad.
Poco a poco la pared se va despejando y el cielo se abre, aparece el vértice geodésico de La Mina, el horizonte se amplia hacia toda la comarca del Vinalopó Mitjà y ante nosotros la imponente cresta de l’Algayat, nuestro siguiente objetivo.
Hasta aquí la ruta comparte trayecto con la ruta de La Mina realizada años atrás, en aquella ocasión regresé por el mismo camino a La Canalosa haciendo así una ruta sin muchas complicaciones, pero alcanzando uno de los “miles” de la provincia de Alicante.
Pero hoy no, hoy caería en la tentación de recorrer la cresta de l’Algayat.
Al llegar al vértice el pequeño descanso es obligatorio, para situarnos, disfrutar de las panorámicas que ofrece la cima y coger fuerzas para iniciar la travesía.
Desde aquí vemos perfectamente la Penya Grossa, el destino final de la travesía, un poco más alta de donde estamos pero como un gran peñón lejano (a 3 kms) al que el acceso desde aquí también aparenta será un pequeña aventura vertical en su parte final.
Y el trayecto de la travesía no aparenta ser apacible, desde aquí le apreciamos una serie de “dientes de sierra” unos cuantos sube-baja (5 contando con el repecho final a la Penya Grossa) que le auguramos le dará una intensidad extra a los 3 kms.
Iniciamos la marcha sin muchas más dilaciones, la travesía por la cresta y el regreso por la ladera sur se nos presenta larga y angosta, nos espera una buena sesión de montaña.
Descendemos La Mina continuando por un pequeño sendero inicialmente evidente y obvio, hasta llegar a la cresta, desde ella tenemos las 2 vertientes a escasos metros teniendo así una singular vista. A nuestra derecha la vertiente está más suavizada teniendo en el horizonte la sierra del Reclot, separados de ella por una amplia llanura. A nuestra izquierda la vertiente aunque no llegar a ser agreste es más vertical.
Tras el primer diente de la sierra el sendero se relaja, ¿existe? Seguramente aunque no es muy preciso, en muchas ocasiones se extravía en la vegetación o en zonas empedradas pero es tan evidente la dirección a seguir que continuar por él o no, no es mayor problema.
Sí que hay que tener en cuenta que tendremos pasos, cuanto menos “delicados” por el trayecto y en esos casos es mejor buscar las mejores opciones para no tener complicaciones. Pasos en los que tendremos que usar las manos como simple medida de seguridad.
De lejos parecía que iba a ser una travesía fácil pero cuanto más nos adentramos en la cresta más nos parece que poco a poco se está complicando. Desde luego el avance no es cómodo.
Algunos de esos dientes de la sierra no se realizan íntegramente por su cresta, mejor realizar el recorrido por un lateral del pequeño peñón ¿en cuales? El sentido común es nuestro aliado.
Aún con esos pasos empedrados delicados, de magníficas vistas a izquierda y derecha, de vegetación irrumpiendo y desapareciendo alternativamente, seguimos avanzando y aunque lo hacemos de forma costosa en realidad estamos disfrutando de una travesía muy interesante.
Si echamos la vista atrás de vez en cuando quizás nos quedemos sorprendidos de las formas de la cresta que dejamos atrás y de que esos pequeños dientes de sierra que veíamos desde La Mina, una vez metidos en ellos son repechos y descensos pronunciados. Esto está siendo más complicado de lo que parecía por no ser una cresta en línea recta, por tener una línea en zigzag.
Pero avanzamos y cada vez tenemos la Penya Grossa más cerca y si desde La Mina ya aparentaba un gran repecho, al acercarnos a ella las dimensiones se disparan.
Pasamos el último diente “pequeño” y ante nosotros el último collado antes de atacar la Penya Grossa, desde este último minarete la Penya Grossa emerge cruda y soberbia, tenemos ante nosotros el último reto fuerte de toda la travesía, un peñón agreste, muy rocoso y ante todo vertical.
Y de nuevo asalta la misma pregunta ... ¿y por donde se asciende?
Desde este último minarete el sendero vuelve a acentuarse quizás para darnos una tregua antes de realizar el ascenso final a la Penya Grossa.
Bajamos al collado y ante nosotros el peñón definitivo, una gran mole rocosa intimidatoria nos espera.
Aprovechamos que el sendero inicia el ascenso al peñón para intentar seguir siendo fieles a él por esta zona rocosa.
El avance no es muy complicado pero sí en continua verticalidad, mucho monte bajo y atentos al sendero a no perderlo.
Llegamos a una pared rocosa que sorteamos por su lado más izquierdo (aquí totalmente descartado seguir por la cresta) en su parte baja se aprecia el paso, estrecho y muy ajustado, atentos a hacerlo adecuadamente porque todo está muy empedrado.
Al pasar la pared iniciamos un pequeño ascenso de ladera para alcanzar de nuevo la cresta.
Al llegar a ella aparece otra vez la Penya Grossa en toda su envergadura, parece que la estamos subiendo por pequeñas etapas.
Esto nos da la sensación de que va a ser más larga de lo que esperábamos.
Desde esta nueva perspectiva ahora le vemos una gran oquedad en su margen izquierdo a la peña.
Ahora avanzamos un tramo “llano” en dirección a la cueva, llegando a pasar relativamente cerca de ella. Por aquí la vegetación es más exuberante.
Pasamos junto a la gran cueva pero nuestro pasos se dirigen cuesta arriba hacia otra mini cueva que pasó desapercibida en un primer vistazo.
Esta siendo el repecho definitivo y está siendo muy largo, quizás más de lo esperado.
El camino nos lleva a pasar también junto a la pequeña cueva, y esta vez muy cerca, pegados a ella.
La sobrepasamos por su lado derecho (no había otra opción) y seguimos avanzando entre rocas, matorral y siempre en pequeño pero continuo ascenso.
Por aquí si echamos la vista atrás comenzamos a ver la imagen inversa de la cresta de l’Algayat, estamos viendo ahora toda la cresta que terminamos de recorrer y nos puede sorprender esa imagen tan abrupta y algo anárquica que tiene.
Las ganas de terminar la travesía se acentúan, de completar esos escasos 3 kms que están eternizándose.
Seguimos ascendiendo y cuando parece que ya estamos terminando aparece ante nosotros un enorme precipicio, el peñón final de la Penya Grossa porque aún está por encima de nuestra cabeza.
La imagen es impresionante, a nuestra izquierda un enorme precipicio de varios centenares de metros, una caída muy a tener en cuenta.
Para llegar a la parte alta de este último repecho bordearemos el precipicio haciendo una pequeña curva.
Seguimos ascendiendo, ahora ya más levemente y si lo hacemos junto al precipicio veremos que aquí el precipicio se ha convertido en caída a plomo de varios centenares de metros, un auténtico muro de rocas ... y ahora sí, por fin, ya no vemos nada más por encima de nuestra cabeza. Hemos llegado a la parte alta de la Penya Grossa.
Miramos la hora ... 1h 40 minutos para recorrer tan solo 3 kms, con nuestras paradas para tomar aliento, admirar el entorno, fotografiar ... pero aún así ofrece una idea de lo dura que es la travesía de la cresta de l’Algayat.
La parte alta de la Penya Grossa es una enorme explanada amplia por nuestro lado derecho si seguimos avanzando por el borde del precipicio.
Avanzamos un poco y junto al borde localizamos un pequeño poste metálico pintado con señales de PR-V, acabamos de contactar con el PR-V 339 que realiza el ascenso al peñón desde la población de Algueña. Hemos unido los PR-V 281 y 339.
Si por donde venimos no hemos encontrado ninguna señal PR-V damos por válido dar a este pequeño poste como baliza señal de la cima de la Penya Grossa. Un mediocre y anodino símbolo para una cima que nos ha costado mucho alcanzarla.
Intenté localizar algún gran hito pero no advertí ninguno por la zona.
Las vistas desde aquí no defraudan, hacia el norte observaremos la gran cantera que hay junto a la sierra del Reclot y en la distancia se puede vislumbrar la sierra de Salinas, al menos la parte de la cima de La Capilla. Un poco a la izquierda y a ras de suelo la población de Algueña.
Hacia el sur la sierra de Crevillente en la distancia y la de Abanilla, esta ya de Murcia. Pero nosotros nos quedamos con la imagen del precipicio que tenemos a escasos metros de nosotros.
El lugar sirve de perfecto otero para poder observar el recorrido que vamos a realizar próximamente por sus faldas una vez descendamos la Penya e intuir nuestros siguientes pasos.
La Canalosa, hacia la izquierda, nos aparece como una pequeña agrupación de casitas de campo en la distancia.
Objetivo cumplido, la parte “en teoría” más complicada de la ruta se ha conseguido, la travesía por la cresta de l’Algayat ha sido más dura de lo esperada, con sus pequeños tramos peliagudos, continuos sube-bajas, un sendero volátil, pero cuando algo se supera con esfuerzo se aprecia mucho más.
Continuamos por la explanada de la Penya ahora con las referencias de las señales del PR-V 339, usaremos sus marcas para asegurarnos de realizar un descenso adecuado hacia Algueña, porque desde aquí arriba observamos que nos espera un angosto y pronunciado descenso teniendo en cuenta que tenemos que llegar a casi la población.
Seguimos por un sendero que permanece muy cerca del precipicio, a los pocos metros comenzaremos a descender y pronto veremos un poste del PR-V aislado en un pequeño rellano durante ya el descenso que hemos iniciado, a él llegaremos por un sendero muy marcado.
El poste indica dirección “Peña Gorda” (en castellano Penya Grossa) a 4 minutos y “Casas de la Herrada 30 minutos”. Giramos a la derecha.
Las Casas de la Herrada será el final del descenso, se encuentran situadas en el extrarradio de Algueña, tomamos esa dirección. La pequeña población desde aquí arriba se aprecia perfectamente por destacar en una inmensa llanura, al igual que la cantera del Reclot y más al fondo la sierra del Carche.
Por suerte el descenso está muy bien marcado y es muy evidente aún avanzando entre mucho matorral y monte bajo.
Pero hay que llevar extrema precaución, en primer lugar porque el tramo es muy vertical, en ocasiones en exceso y esto puede provocar algún movimiento brusco de las rocas.
Y sorprende que no se haga en zigzag, es bastante directo, tan solo pequeñas ondulaciones en el sendero.
El camino se dirige como si fuera en línea recta y cuesta abajo hacia la Algueña pero tras unos metros hay que realizar un giro a la izquierda, no hay poste ni panel, tan solo señales de pintura y un gran hito encima de una gran roca.
Es el único punto a tener en cuenta porque el sendero también continua al frente en dirección a otro barranco distinto.
Tras este giro a la izquierda empezamos a intuir que el sendero se dirige a un estrecho y angosto barranco que apreciamos al verlo hacia abajo.
Y también tras este giro a la izquierda el sendero se vuelve más “benévolo” y comienza a hacer más zigzags (aunque cortos y estrechos) en el camino, facilitando un descenso más armonioso, aunque sigue siéndo muy pronunciado y vertical.
Nos podemos hacer la idea que en el sentido contrario tiene que ser un ascenso muy exigente.
Como bien intuimos el sendero finalmente aboca en un estrecho y angosto barranco que apreciábamos en el descenso, nos metemos en él siendo absorbidos por la vegetación del barranco.
Es el barranco de la Zarza, en los inicios es un barranco normal y con bastante vegetación que nos cobijará a ambos lados, por momentos excesivamente arropados, la vegetación lo invade todo, imposible conocer nuestros pasos más allá de 3 metros.
Por suerte el sendero es evidente y mejor que sea así porque despistarse en un barranco con tanta vegetación puede ser muy arriesgado.
Pero conforme vayamos descendiendo y adentrándonos en el barranco, este empieza a engullirnos por sus enormes paredes a ambos lados, la espesa vegetación y esos enormes muros de rocas nos hace sentirnos atravesar un lugar mágico, con un encanto especial, un barranco angosto, estrecho y con una vegetación exuberante.
No vemos nada en el horizonte tan solo nos queda confiar que finalmente saldremos del barranco, tan solo queda seguir avanzando y descendiendo, aunque realmente está siendo un paso con altos contrastes, por una parte de incierto destino pero a la vez de un disfrute extremo.
Finalmente comenzamos a llanear, el barranco se abre en abanico y el pequeño sendero termina en una zona con campos de cultivo que ya apreciamos en la distancia al abrirse el barranco.
Terminamos el descenso y acertamos, sin dudarlo, que acabamos de atravesar un barranco exigente pero a la vez atractivo y con un encanto especial por su vegetación, paredes y verticalidad. Hasta la próxima.
El descenso ha sido tan dinámico y vertical que en menos de 1 hora hemos pasado de la cima de la Penya Grossa al extrarradio de la Algueña, sin ir a un ritmo fuerte, disfrutando de cada paso.
Pasamos por los campos de cultivo haciendo un pequeño giro o curva a izquierdas, en este tramo no hay pérdida, tan solo seguir el camino que ofrece acceso a ellos.
A nuestro alrededor enormes paredes de la sierra de l’Algayat nos recuerdan que ahora sí hemos terminado de atravesarla de punta a punta desde La Canalosa, la travesía de la sierra la damos por concluida.
Finalizada la travesía ahora toca centrarse en regresar al punto de partida por la falda sur de la sierra y para ello primero tendremos que realizar un gran rodeo, en su inicio una especie de semi circunferencia.
Salimos de la zona de los campos de cultivo y seguimos por el camino de tierra al que pronto le aparece el hormigón o asfalto.
Terminamos de salir de la sierra y le volvemos a echar un último vistazo a su parte alta, tan solo minutos antes andábamos engullidos por vegetación y ahora caminando por la comodidad del asfalto.
El asfalto nos lleva directos, casi en línea recta y todavía atravesando campos de cultivos, a la Casa de la Herrada, una pequeña agrupación de casas ya a la misma altitud que la Algueña.
No pasamos junto a las casas, las bordeamos continuando por el asfalto haciendo un giro a izquierdas para llegar así a la carretera CV-841. Giramos a la izquierda.
La carretera es amplia, con buen arcén y vamos a usarla durante aproximadamente 1 kms en línea recta. Es bastante tranquila, no recuerdo que me cruzase ni con un par vehículos en todo el tiempo o quizás menos, pero aún así precaución, arcén y margen izquierdo.
A mitad camino pasaremos por el PK 2de la CV-841y nos sorprenderá descubrir atravesar provincias y adentrarnos por un tiempo en la de Murcia.
A nuestra izquierda la sierra de l’Algayat con sus verticales laderas suroeste que estamos bordeando.
Tras 1 km con mínimas curvas en la carretera llegamos a un cruce de carreteras en forma de “T” con paneles informativos de las poblaciones a seguir.
Nosotros giraremos a la izquierda en dirección a Abanilla y El Cantón.
Al poco una curva cerrada a la derecha, en 130 metros, y tras la curva observamos una gran recta, pero en los inicios de esta recta tomaremos un desvío.
Tan solo unos 150 metros cogeremos un desvío a la izquierda, un camino de tierra que en nuestra dirección tiene forma de “Y”. En la distancia veremos el PK 5.
El camino conduce directamente a una casa de campo que ya se aprecia muy cercana a la carretera y al entrar al camino a uno le siembra la duda si será exclusivo para la casa, pero al llegar a ella veremos que continua en línea recta pasando en paralelo a ella.
Eso sí, la cascada de ladridos será algo inevitable.
Pasamos la casa, seguimos por el camino teniendo a nuestra izquierda un gran campo de vides.
Al terminar los campos de cultivo el camino se descuida, se vuelve más empedrado y ya notamos que avanzamos por un camino totalmente rural.
Cuando llevemos aproximadamente 1 km desde aquel cruce en la carretera, llegaremos a un cruce de 4 caminos, aquí ni izquierda ni derecha, seguimos al frente por un camino que en su inicio tiene un cartel de “Coto privado de caza”.
Al coger este camino habremos cogido el camino de regreso a La Canalosa para pasar por la falda sur de l’Algayat.
Saldrán al paso algunos cruces de camino, pero será bastante intuitivo y evidente el camino a seguir (uno a tan solo 200 metros, aquí seguimos por la izquierda).
En el primer kilómetro notaremos que avanzamos por un pequeño barranco en el que se ha aprovechado al máximo la posibilidad de crear campos de cultivo porque veremos algunos esporádicos por el interior.
El barranco no es para nada estrecho y por él avanzaremos por el camino sin problemas, es en continuo pero muy leve ascenso y en dirección a l’Algayat.
Al salir del barranco las vistas se amplían, volveremos también a adentrarnos en campos de cultivo, esta vez a una llanura bastante amplia. Ahora ya sí hemos alcanzando las faldas sur de la sierra de l’Algayat
Imposible no evitar alzar la mirada y presumir que hemos estado deambulando por la cresta momentos antes y que ahora se eleva soberbia frente a nosotros desde aquí abajo.
Podemos empezar a sopesar por donde hemos pasado y quizás entrever algún paso realizado.
Al llegar a esos campos de cultivo el camino gira hacia la derecha para avanzar en paralelo a la sierra.
Esta dirección es la que llevaremos continuamente, tan solo en pequeñas ocasiones haremos alguna pequeña “S” o curva, pero es un trayecto sin complicaciones de orientación porque los pocos cruces que puedan salir por la zona de los campos de cultivo la dirección a seguir es evidente.
Y en leve pero continuo ascenso, para nada son pendientes importantes pero los kms acumulados en las piernas y la “tensión” vivida durante la cresta hace que se nos hagan eternas.
Así llegamos a una agrupación de pinos de gran altura, punto a tener en cuenta porque aquí haremos un giro a la derecha en 90 grados, una “L”, descartando un par de pequeños caminos que hay bajo ellos.
Al pasar esta agrupación de pinos comenzaremos a avanzar en llano ... por fin!!! Y así será hasta el final de ruta.
De esta manera el camino se vuelve más benévolo y comenzaremos ahora sí a disfrutar un poco más del paseo por las faldas de la sierra, por la que avanzaremos todavía entre campos de cultivo.
Pronto pasaremos por casas de campo a la vera del camino, será la señal de que nos estamos acercando cada vez más a La Canalosa, aunque todavía hay que andar unos cuantos kms más.
El camino es amplio y ahora cómodo y la dirección a seguir evidente, el final deseado de toda ruta.
Intuimos nuestro final cuando la Penya Grossa ya la tenemos muy atrás y comenzamos a tener cerca La Mina.
Finalmente llegamos al cruce del principio de la mañana, aquel con forma triangular y lo confirma el poste del PR-V por el que pasamos horas antes.
Damos aquí por finalizada la enorme e inmensa circular que nos ha permito recorrer la cresta de l’Algayat y regresar por la falda sur de la sierra.
Tan solo nos queda regresar a La Canalosa por el camino que usamos al inicio.
Un tramo corto, de tan solo 1,5 kms, y que conocemos perfectamente pero con los 20 ya acumulados el trayecto se hace áspero físicamente aunque por contra con gran entusiasmo y satisfacción mental por haber completado este gran reto.
Antes de llegar al coche y de callejear por La Canalosa, miramos atrás y observamos de nuevo la sierra echando la vista atrás. Al principio de la mañana la cresta imponía respeto, ahora ya conocemos sus más pequeños detalles, la hemos recorrido.
Nos damos cuenta que terminamos de realizar una ruta espectacula, muy dura y exigente, de esas rutas que uno recuerda aún con el paso del tiempo y con los más mínimos detalles.
Magnífica ruta.

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0	Inicio ruta	00:00
1	Cruce circular	00:20
2	Inicio ascenso	00:55
3	Cima Peña La Mina	02:25	02:45
4	Cima Penya Grossa	04:25
5	Desvío a Bco Zarza	04:35
6	Casa de la Herrada	05:35
7	Desvío CV-841	06:00
1	Cruce circular	07:25
0	Fin ruta	07:40

FECHA	Noviembre - 2016
NIVEL DE RUTA	Muy alto
TIPO DE RUTA	Circular, excepto tramo inicio
ALTITUD CIMA	1053 m / 1085 m *
TIPO CIMA	Pico / Pico
KMS RECORRIDOS	21,5
PR-V/s USADO/s	281 Parcialmente
PR-V/s USADO/s	339 Parcialmente