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Esta vez me acerco a una pequeña zona montañosa en el norte de la provincia de Alicante limítrofe con la de Valencia, el Vall de Ebo.
El objetivo del día es alcanzar la Cruz de Bodoix, una enorme cruz situada en la cima de un gran peñón de la zona y de regreso visitar el antiguo castillo de Ambra.
Una ruta tranquila, sin grandes desniveles y de distancia prudente.
Por desgracia en Mayo de 2015 el bonito valle sufrió un basto incendio que provocó un cambio importante en su fisonomía arbórea pues más de 1700 hectáreas fueron afectadas. Tendrán que pasar muchos años para que vuelva a tener el aspecto anterior.
El inicio de ruta se encuentra en la misma población de Pego, hay que localizar una gran avenida con forma de gran curva situada en el sur de la población denominada “Ilustrat Joan Sala”. Justo en el punto intermedio de la avenida encontraremos un poste de direcciones de PR-V y SL-V, dejamos ahí el vehículo, hay sitio de sobra por la zona para estacionar.
Este poste indica hacia una pequeña calle asfaltada, será por ahí por donde regresaremos, en esta ocasión (tras dejar ya el coche) nuestros primeros pasos serán continuar por la gran avenida alejándonos del poste.
Nada más bajar del coche ya apreciaremos las cercanas laderas de montañas que están junto a Pego que están ennegrecidas por aquel incendio, el fuego llegó cerca de la población.
Avanzamos por la avenida y alcanzaremos el Paseo del Calvario, un pequeño parque con recreo infantil nos avisa que giremos a la izquierda, en esa dirección ya veremos un paseo con cipreses como árboles.
Giramos a la izquierda y tomamos el Paseo del Calvario, una gran calle con doble carril pero en cuya parte central está la parte peatonal.
Al inicio de esta calle encontraremos un panel informativo con los distintos y variados senderos que existen por la zona, apreciando que nosotros usaremos principalmente el denominado “Travessía de Bodoix, Camí Figuereta” el sendero nº 6 de 11 distintos y siendo este realmente un SL (los demás los tendré en cuenta para el futuro).
Seguimos por el Paseo del Calvario y a nuestra izquierda tendremos un gran peñón con leve forma piramidal. Si miramos hacia su parte alta podremos apreciar ya la Cruz de Bodoix, uno de los principales objetivos del día, allí arriba estaremos.
Continuamos por el paseo y al final llegaremos a la entrada de una especie de ermita vallada, nosotros continuamos por el camino asfaltado que hay a la derecha y que levemente desciende.
Avanzamos ya por una pequeña carretera asfaltada hasta que llegamos en pocos metros a un cruce de caminos, 2 en paralelo hacia la izquierda, uno más hacia la derecha. Como aquí hay un poste de PR-V’s no tendremos dudas, cogemos el primero de los caminos paralelos que giran a la izquierda, en dirección a Bodoix por SL-V y a la vez hacia la Figuereta por el PR-V 58, continuamos todavía por asfalto.
Este camino empieza a ascender, a nuestro alrededor mucho campo de cultivo acotado con muros de rocas y a media distancia laderas que han sufrido del doloroso incendio.
Tras unos metros ascendiendo todavía por asfalto llegamos de nuevo a otro cruce de caminos totalmente en paralelo, en forma de “U”, de nuevo otro poste nos advierte de continuar por el izquierdo para seguir el SL-V, por la derecha continuaba el PR-V 58.
En este cruce con forma de “U” dejamos definitivamente el asfalto-hormigón, comenzamos a avanzar por camino de tierra.
A partir de aquí también apreciamos que nos estamos acercando y mucho a las laderas del barranco por donde intuimos vamos a ascender, el Barranc de Les Coves.
El barranco es muy cerrado, las laderas laterales muy altas, el ascenso intuimos va a ser muy bonito.
Seguimos avanzando entre bancales y campos de cultivo pero pronto los dejaremos ya atrás. Descartamos un desvío a la derecha que se dirige a unas paredes verticales para practicar la escalada (en este cruce el suelo está hormigonado).
Empezamos a ascender, nos adentramos en el barranco y comenzamos a hacer grandes “S” y curvas cerradas para ir ganando altura rápidamente.
Pero por desgracia este es el tramo más ingrato de la ruta, el incendio notamos debió vagar a sus anchas por el interior del barranco pues la mayoría de los árboles que encontremos estarán cual estacas negras, un paseo fantasmagórico.
En contraste el monte bajo y arbustos varios ya empezaron a crecer y consiguen un llamativo contraste negro-verde, aún así el aspecto es desolador.
Dentro del barranco no hay pérdida, hay que ascender realizando cerradas “eses” y ascendiendo continuamente.
Lo que debió ser un espectacular barranco ahora es funesto.
Tras varios zigzags alcanzamos un tramo en llano y aparece una valla a nuestra derecha, pasamos junto a una casa de campo.
Tras la casa seguimos avanzando en llano, ya estamos en el corazón del barranco, a nuestro alrededor las paredes del barranco asemejan enormes fachadas, estamos encajonados y nuestro horizonte es de tan solo escasos metros a nuestro alrededor.
Seguimos rodeados de árboles que siguen en pie aunque carbonizados, sin hojas.
Pasaremos por una zona rocosa que nos servirá de pequeño mirador a nuestro alrededor, el barranco lo tenemos a nuestra derecha, un enorme socavón nos separa de las rocosas paredes del otro lado del barranco.
Sorprende descubrir como aún siendo el otro lado una pared muy vertical, muy escarpada, existen tramos con antiguos bancales de rocas, increíble donde están situados.
Echando la vista atrás veremos Pego y el mar más al fondo.
Cuando el barranco se “estrecha” y casi podríamos ya cruzar al otro lado, llegaremos al primer punto de paso interesante, una diminuta fuente situada en un bonito rincón rectangular empedrado. En ese momento la fuente se encontraba “seca”.
La fuente sirve a la vez de cruce, aquí encontraremos un poste indicando direcciones. Siguiendo recto se avanza en dirección Figuereta, nosotros debemos girar a la izquierda en dirección Bodoix iniciando, de nuevo, un leve ascenso pero esta vez por un pequeño sendero.
Pero el rincón invita a una corta visita para descubrirlo y a la vez comprobar que el incendio campó a sus anchas por aquí mismo (el mismo poste SL-V está deteriorado por el incendio).
Dejamos la fuente y nos enganchamos al pequeño sendero, cambiamos de dirección, de ir hacia el oeste cambiamos a dirección sur y en pequeño ascenso.
El sendero es muy coqueto y al ascender permite ver en mejor perspectiva el barranco por el que fuimos en paralelo antes de llegar a la fuente.
Y de nuevo la poca arboleda que sigue en pie se encuentra calcinada, troncos de madera totalmente negro, sin hojas, tan solo ramas al aire desnudas creando un entorno lúgubre en fuerte contraste con el césped verde.
Por el camino terrenos con antiguos bancales hechos a base de apilar rocas y rocas, un trabajo de siglos atrás.
El sendero se dirige hacia una importante pared rocosa de gran altura, en línea recta y nos empiezan a asaltar las dudas … ¿por donde?
Al llegar al muro rocoso empezamos ascender por un diminuto sendero en diagonal y haciendo continuos zigzags en la pared rocosa, esto implica una verticalidad interesante pero a la vez nos va a permitir ganar altura considerablemente.
Como el sendero está señalizado con marcas de SL-V, sin mayores problemas en cuestión de orientación.
Estamos ascendiendo por la vertiente sur del barranco de Les Coves y al ganar altura vamos a poder divisar el trayecto y los pasos que hemos dado con anterioridad escasos minutos antes. La casa de campo por la que pasamos momentos antes la apreciamos solitaria a la entrada del barranco.
Pero nos centramos en seguir avanzando y ascendiendo y el sendero termina en breve en un altiplano, en un brazo alargado y amplio en donde cambiamos de vertientes, de horizontes.
Nuevas vertientes y laderas del Vall de Ebo ante nosotros y destaca poderosamente la que tenemos justo al frente conforme llegamos, una inmensa ladera de varios centenares de metros y de importante verticalidad que está invadida de antiguos bancales de rocas aprovechando cada metro de la ladera, solo nos viene a la cabeza una idea y es la de admiración por todo el trabajo que hicieron en el pasado en estos valles los antiguos agricultores.
Donde hemos llegado nos permite tener unas espectaculares vistas de lo que nos rodea, de grandes barrancos, de grandes elevaciones. Detrás de los bancales escalonados tenemos un enorme peñón donde está la Cruz de Bodoix.
Según el mapa estamos en la Lloma de Perdigó.
La continuación? Este punto es algo ambiguo, en esta zona la continuación de sendero de primeras no está muy claro, quizás por el incendio que haya barrido un tramo marcado por la vegetación no existente ahora, pero si avanzamos unos metros en dirección opuesta a como llegamos saldrá al paso un sendero bien marcado.
Y al coger este sendero como que nos alejamos de la Cruz de Bodoix, pero no hay que preocuparse.
Seguimos avanzando por el sendero, ascendiendo en algunos tramos y siguiendo las ondulaciones de las curvas de nivel.
Lo que hay que hacer a partir de ahora es abrir bien los ojos porque a partir de aquí la ruta se vuelve muy aérea.
El sendero nos lleva a rodear y ascender parte de la Lloma de Peres y eso nos ofrece unas espectaculares vistas a nuestro alrededor.
El Vall de Ebo aunque pequeño está siendo muy bonito, los pequeños barrancos que componen el lugar los tenemos a nuestro alrededor.
Ya comenzamos a ver Pego en la lejanía y la línea costera cada vez se hace más alargada, el barranco de Les Coves por el que ascendimos momentos antes lo vemos ya desde arriba del todo.
Una curva de nivel más bordeada y de nuevo otra vertiente y esta vez ya podemos deducir muy claramente cuales serán nuestro siguientes pasos, la Cruz de Bodoix cada vez se acerca más.
Llegamos a un pequeño mirador en el camino, bien delimitado por piedras, propicio lugar para otear todo lo que nos rodea. Al pasar este mirador un desvío a la derecha que descartamos. Otro panel que nos sugiere la “Figuereta” pero que volvemos a descartar, seguimos de frente.
Por aquí el famoso palmito de la Marina Alta aparece por todas partes.
Aparece una antigua casa abandonada y desde la casa ya podemos ver el espectacular trayecto que vamos a realizar recorriendo las ondulaciones de las curvas de nivel de las laderas de Ebo, un tramo extremadamente aéreo (pero sin riesgos) atravesando grandes laderas con un declive importante, habrá que llevar precaución parece.
Ahora sí que claramente el sendero nos lleva a los pies de Bodoix.
Este tramo es muy aéreo y en realidad estamos encajonados, a nuestra derecha la ladera totalmente vertical y a nuestra izquierda el descenso de la ladera igual de vertical.
Seguimos el sendero haciendo las ondulaciones de la curva de nivel, a una altura intermedia de la ladera, un tramo espectacular por las vistas que disfrutaremos.
Aunque el sendero desde lejos parece sea algo expuesto, una vez estamos avanzando por él no tiene nada de peligro si usamos el sentido común.
Avanzar por las curvas de nivel de una sierra significa culebrear continuamente, saliendo y entrando de los barrancos, y hasta 2 veces lo haremos, la segunda de una forma muy puntiaguda.
Sin duda este es uno de los tramos más bonitos y espectaculares de la ruta.
Al salir del segundo barranco el sendero comienza a ascender y salimos de las curvas de nivel.
Si echamos la vista atrás obtendremos la vista inversa y veremos perfectamente el cincelado sendero que recorría la vertical ladera como una línea perfecta.
Aún con la distancia podremos ver la casa de piedras abandonada por la que pasamos y comprobar las ondulaciones realizadas.
Tras un pequeño repecho salimos a las cercanías de la base del peñón donde está la Cruz de Bodoix, a nuestra derecha el horizonte se amplia y veremos la serpenteante carretera CV-712 que se dirige hasta la misma población de Vall de Ebo (aunque el pueblo queda lejos y no se ve).
Aunque nos hemos alejado ya bastante de Pego y hemos recorrido unos cuantos kilómetros, por desgracia esta zona sigue igual de arrasada por el incendio y esto nos hace una idea de la globalidad del incendio que aquí hubo porque el nuevo horizonte que vemos igualmente tiene los pinos quemados, sin hojas, con tan solo ramas inertes, 1700 hectáreas son muchas hectáreas.
Nos acercamos a la base del peñón de la cruz en leve ascenso por el sendero y cuando llegamos a una señal en forma de “X” y con un giro a la derecha de 90 grados entendemos que tenemos que decidirnos a empezar a subir.
Oficialmente el sendero bordea el peñón e inicia el regreso a Pego, si queremos visitar la Cruz será por nuestra cuenta y riesgo, lo de riesgo lo añado porque no es un camino fácil.
Desde la base del peñón vemos que el ascenso es por libre albedrío, ¿existe sendero? … más bien no y la verticalidad es importante (pero no insalvable). La roca es lapiaz, rocas muy irregulares, de mediano-gran tamaño, separadas entre ellas y con oquedades y grandes ángulos, en definitiva modeladas por un proceso de erosión a lo largo de los siglos.
Sin duda un ascenso “complicado” y en el que vamos a tener que prestar atención con los 5 sentidos.
Usamos como referencia algún matorral o roca singular como “salida” para volver al mismo sitio cuando descendamos, porque si complicado intuimos el ascenso … después vendrá el descenso y mejor volver al mismo sitio para continuar la marcha.
Iniciamos el ascenso y desde el primer metro sospechamos que no será fácil, las rocas irregulares están por todas partes y lo mejor es ir oteando continuamente para elegir el mejor avance, sin precipitarse. La Cruz nos espera arriba sin prisas.
Indicar por donde subí sería imposible pero prácticamente lo hice en línea recta con cierta tendencia hacia la derecha.
Las rocas no lo ponen fácil, hay que prestar máxima atención, los agujeros y huecos entre las rocas parecen trampas esperando la entrada de algún tobillo despistado y una caída en una zona así puede ser dramática.
Poco a poco avanzamos, ascendemos y más que andar, en ocasiones tenemos que dar pequeños “saltitos” entre las rocas o incluso usar las manos para asegurarnos o realizar mínimas trepadas. Tenemos la ventaja de que el peñón está complemente yermo y no tendremos oposición de la vegetación.
Tras unos metros asoma la parte alta de la cruz, el final se acerca, unos metros más, un último esfuerzo … y cima, tocamos la cruz.
El esfuerzo se compensa sin ningún genero de dudas, estamos en el punto más alto de la ruta y las vistas a nuestro alrededor se extienden en todas direcciones, un panorama magnífico.
La cima no es muy amplia, alrededor de la cruz tan solo unos pocos metros cuadrados para poder deambular y si nos decidimos a hacerlo hay que llevar máxima precaución por estar rodeados de agujeros y huecos, no bajamos la guardia en la cima.
Hacia el norte unas vistas diáfanas pudiendo identificar la cima de el Miserat por su caseta de vigilancia, la entrada al Vall de Gallinera, más al fondo la Serra de la Safor.
A nuestros pies la población de Pego al completo y la inmensa llanura que le separa del Marjal de Oliva, mas a la derecha toda la línea costera.
En esa dirección veremos el Castillo de Ambra en plenitud pues se encuentra en un plano inferior, el siguiente objetivo.
Al este podremos identificar Segaria desde un ángulo no habitual y por detrás de ella asoma el mismísimo Montgó.
Hacia el sur la Serra del Migdia separándonos del Vall de Laguar destacando la carretera CV-712 serpenteando continuamente para salvar tanto barranco y alcanzar la población de Ebo.
Y junto a nosotros una enorme cruz metálica, aquella que divisábamos por el Paseo del Calvario nada más dejar el coche.
Esta privilegiada situación debemos aprovecharla para intuir por donde irán nuestros pasos cuando posteriormente bordeemos el peñón, alcanzando una antigua casa que desde aquí arriba se aprecia sin problemas.
Una humilde cima pero con unas magníficas vistas que las aprovechamos tomándonos un pequeño descanso junto a la cruz.
El peñón de la Cruz de Bodoix podría decirse que fue el “epicentro” del incendio, porque lastimosamente en cualquier dirección que miremos, solo veremos restos de pinos calcinados desgraciadamente.
Si el ascenso tuvo su moderada dificultad técnica, el descenso no lo iba a ser menos.
Tenemos el inconveniente añadido que realizar el descenso por el mismo lugar de ascenso sería simple coincidencia, al no existir sendero ni señalizaciones intentaremos recordar por donde pasamos pero será complicado.
De nuevo mejor tomarlo con calma, otear las mejores opciones, y si la cosa se complica volver a otear.
Durante el descenso casi será obligatorio usar las 4 extremidades y en ocasiones poner el culete en roca si es necesario y descender con más seguridad, la verticalidad es importante.
Si recordamos el punto que usamos de referencia al empezar a subir para regresar mejor ir en esa dirección, cuanto más nos acerquemos ahí, más aparecerán pasos realizados en la ida.
Finalmente llegamos a llano, al sendero de la base del peñón, con la extraña sensación de que no ha sido tan complicado descender como nos temíamos. Incluso ha llegado a ser divertido.
De nuevo las marcas del SL-V, ahora sí les hacemos caso y realizamos el giro en 90 grados, comenzamos a bordear el peñón de Bodoix.
Seguimos el sendero y nuestra primera impresión será comprobar que la piedra lapiaz no terminó, el sendero de continuación es en ocasiones muy ambiguo por avanzar por un camino retorcido por los huecos, curvas y salientes de las rocas lapiaces.
Por aquí el sendero parece que no exista pero sí que existe, tan solo que parece difuminado por los agujeros de las rocas lapiaz.
El tramo en sus primero pasos aparenta ser muy ambiguo, pero pronto aparecen postes o estacas del SL-V como tablas de salvación para indicarnos en la distancia la continuación de un sendero intrincado y muy impredecible. Mejor ser fieles a las señales y postes porque el trayecto es muy incomodo con tanta roca anárquica.
Es un tramo en el que estaremos rodeados al completo del típico palmito.
Tras conseguir medianamente bordar el peñón comenzamos a ver aquella casa que usamos como referencia de progresión desde la Cruz de Bodoix, hacia ella deben dirigirse nuestros pasos.
Y cuando comenzamos a descender es cuando el sendero entre tanta roca lapiaz parece definirse haciendo el descenso hacia la casa un poco más cómodo.
Antes de llegar a la casa pasaremos por un antiguo bosquete de pinos penosamente calcinados.
Llegamos a la casa, o más bien mejor sería decir al par de casas una enfrente de la otra, en medio una mini calle y una roca con funciones de pileta junto a un pozo. Cerca de las casas lo que parecía un gran árbol realmente son 4 carrascas muy juntas y de gran altura que padecieron también el incendio pero a las que le rebrota la vida.
En una de las casas veremos un cartel, hemos llegado al “Corral de Rata”.
Pasamos por el medio de las 2 casas y continuamos por un amplio camino de tierra en descenso hasta llegar a un poste de PR-V, enlazamos con el PR-V 58, aquí 2 direcciones: Tormos o Pego. Tomamos la segunda opción y eso significa pasar a un pequeño sendero.
En este tramo los pocos pinos que aparecen se encuentra igualmente calcinados.
Llegamos a un altillo, desde donde tenemos una estupenda panorámica de nuestros próximos pasos.
Frente a nosotros un gran barranco que intuimos descenderemos porque si agudizamos la vista apreciaremos el sendero que discurre por sus laderas, tras el barranco Pego y un poco a la derecha, aunque todavía alejado, el castillo de Ambra.
El descenso de este barranco es un tramo muy agradable de realizar, el sendero está muy bien marcado, no tiene ninguna variante y tan solo hay una condición al pasar por él : disfrutarlo.
Sin duda es de esos tramos de sendero con solera, construidos hace siglos y que debió dar servicio a la gran cantidad de bancales (ya abandonados) que veremos continuamente en las mismas laderas verticales del barranco, un trabajo de ingeniería agrícola digno de admirar y que son los que hacen que el barranco tenga algo de especial.
El descenso es muy continuado, cuando estamos muy metidos en él y llegamos a la zona más estrecha comenzaremos a realizar constantes zigzags que avivaran la marcha.
La ladera que tenemos a nuestra izquierda es justo la del peñón de la cruz, podremos vislumbrarla gracias a su altura.
Dentro del barranco tan solo hay matorral y monte bajo.
Dejamos los zigzags cuando el sendero ya encara la salida del barranco, salimos de la gran “V” en el que estuvimos sumidos en el interior del barranco. Hemos descendido bastante, todo un descubrimiento interesante este pequeño y coqueto barranco.
Pronto pasaremos junto a una valla metálica de una casa de campo y cerca de un gran muro de hormigón que destroza la estética del barranco.
Finalmente el sendero termina en un camino de hormigón, aquí hay un poste-señal del PR-V, dejamos atrás definitivamente el barranco. Muy buenas sensaciones en el descenso.
Hemos descendido y mucho y lo notamos por tener el Castillo de Ambra ahora a un nivel superior, nuestro próximo objetivo.
Seguimos por el camino de hormigón cómodamente, en descenso y apreciaremos que el incendio no alcanzó esta zona, por primera vez la arboleda y la vegetación que nos rodea no está calcinada, nos hacemos una idea de lo que pudo ser toda la ruta.
Llegamos al cruce con el Castillo de Ambra, su visita será por tanto un tramo de ida y vuelta y corto porque desde el cruce el castillo casi está a “tiro de piedra”, el cruce está perfectamente señalizado con un poste del PR-V y se encuentra junto a la entrada de una casa de campo.
Fácil de identificar porque a parte del poste el camino hacia el castillo asciende fuertemente y la continuación a Pego desciende.
Tomamos el camino al castillo, en su inicio es una fuerte rampa de tierra pero tras unos metros cambiamos el camino de tierra por un pequeño sendero, un cambio drástico pero a mejor.
Hasta el sendero no llegaron las llamas del incendio porque la vegetación se encuentra desbordante.
Al meternos en el sendero, por primera vez en toda la ruta, sentiremos estar cobijados por vegetación, auténticos túneles verdes de arbustos y los ramajes de los árboles nos harán cambiar las sensaciones que tuvimos los kilómetros anteriores en los que la piedra y los pinos calcinados nos rodeaban.
Pero lo bueno dura muy poco pues en pocos metros saldremos a un claro con un poste indicando hacia donde está el castillo y hacia donde Pego, y a partir de aquí la vegetación importante desaparece porque ya estamos en las faldas del castillo.
Empezamos a ascender, de momento no con mucha pendiente, por un sendero bien definido en dirección directa al castillo, pero antes un cruce hacia un SL-V dirección “Les Fons” … no hacemos caso, seguimos hacia el castillo, los muros de piedra ya los tenemos al frente bien definidos, estamos llegando.
En la parte final, en la parte más empinada, aparece un tramo escalonado con hormigón que facilita mucho el repecho final y nos da acceso directo al castillo … entramos al Castillo de Ambra.
Nada más entrar nos dirigimos hacia la derecha, en esa dirección se encuentra el muro que en mejor estado se encuentra y que se veía en la distancia.
Estamos en la parte baja del castillo, si nos subimos a la parte alta del muro podremos deambular por ella (con precaución porque tendrá 50-60 cm de ancho) y así poder otear a la perfección en dirección sur, hacia el Vall de Ebo.
Este muro se encuentra en “buen estado” dentro de lo que cabe y eso nos permite avanzar con más comodidad por esta zona.
Dejamos el muro y subimos un poco más, a la parte alta del castillo, por aquí ya poco queda del castillo porque incluso encontraremos una caseta actual y antenas, ultrajando así la honra del castillo.
El castillo está situado en un peñón muy vertical, en un lugar privilegiado. Pego se encuentra a nuestros pies y la calle “Ilustrat Joan Sala” con forma de curva se define a la perfección, si oteamos bien veremos nuestro coche.
Desde aquí y mirando hacia el sur es ahora el peñón con su cruz, la sierra del Migdia y todo el Vall de Ebo quienes destacan por sus abruptas laderas en contraste a la inmensa llanura si miramos hacia el norte, hacia Pego, su marjal y la línea costera. Unas magníficas vistas bien diferentes desde el Castillo de Ambra.
Podemos deambular por esta parte alta del castillo pues es bastante amplia y plana y así aprovechar la situación para hacernos un mapa mental de nuestros siguientes pasos cuando dejemos el castillo (aunque es notorio que el regreso a Pego será corto y fácil).
Desde aquí veremos los estragos del famoso incendio, hasta donde llegó, que zonas se quemaron y que zonas se salvaron y continúan frondosas y verdes. Un feo contraste negro-verde.
En esta parte alta aún quedan restos de muros y estancias del castillo y nos permitirán hacernos una idea de cómo fue y las dimensiones que tuvo en el pasado.
Aunque a la ruta le queda poco, sin duda el castillo es un buen lugar para hacer un pequeño descanso y disfrutar del horizonte.
Dejamos el castillo, descendemos hasta la zona del muro que en mejor estado se encuentra de todo el castillo y enlazamos con los escalones de hormigón para regresar por el mismo camino por el que llegamos, disfrutando de nuevo ese corto pero intenso tramo de abundante vegetación.
Así llegamos al cruce del Castillo de Ambra del PR-V, continuamos en dirección Pego en descenso por el camino de hormigón.
Pero en el regreso hasta Pego no debemos despistarnos, el camino de hormigón no debemos pensar que lo usaremos hasta la población, tan solo lo vamos a usar unos 180 metros, hasta llegar a un desvío a un pequeño y disimulado sendero que puede pasar desapercibido.
Este desvío a sendero no está notoriamente señalizado, tan solo hay una marca de pintura en una pequeña piedra a la izquierda del camino por el que avanzamos. Se encuentra al llegar a unos muros de contrafuerte de hormigón en una zona de bancales de naranjos.
En su inicio encontré (en ese momento) una pasarela de madera de metro y medio.
Tomamos el sendero guiados por las marcas del PR-V y de nuevo nos adentramos en un tramo muy bonito de recorrer, el cambio ha sido a mejor indudablemente.
El sendero nos lleva a descender continuamente rodeados de buena vegetación, el sendero es estrecho pero muy agradable y cómodo, sin gran desnivel, un epílogo de ruta bastante digno.
Metidos en el sendero ya no debemos preocuparnos de desvíos o cruces porque no aparecerá ninguno hasta llegar a calles asfaltadas y casas de campo, el extrarradio de Pego.
Al llegar aquí tan solo debemos seguir descendiendo por la calle asfaltada, casi en línea recta, rodeado de casas de campo con sus campos de cultivo particulares la mayoría.
Llegamos a la avenida “Ilustrat Joan Sala” justo a la altura del panel de direcciones de PR-V y SL-V que vimos al principio de la ruta y justo al lado nuestro coche.
La ruta ha sido corta pero intensa, con contrastes, con buenas sensaciones de interesantes vistas aún no teniendo un gran desnivel, con tramos rocosos y otros de vegetación, laderas con bancales centenarios, hemos tenido de todo un poco. Una ruta interesante.
Regresaremos más veces al Vall de Ebo para descubrir más senderos.

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0	Inicio ruta	00:00
1	Panel/Paseo Calvario	00:10
2	Cruce poste PR-V's	00:20
3	Fuente	01:05	01:10
4	Casa abandonada	01:55
5	Cruz de Bodoix	02:45	03:10
6	Corral de Rata	03:45
7	Castillo de Ambra	04:35	05:30
8	Desvío a sendero	05:40
0	Fin ruta	05:55

FECHA	Marzo - 2016
NIVEL DE RUTA	Medio
TIPO DE RUTA	Circular, excepto tramo cima y castillo
ALTITUD CIMA	541 m *
TIPO CIMA	Pico
KMS RECORRIDOS	11
PR-V/s USADO/s	58 Parcialmente
PR-V/s USADO/s	SL-V Bodoix