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La Sierra de Relleu no es una sierra de gran elevación, de hecho su punto más alto solo alcanza los 595 m de altitud y sus laderas no contienen gran vegetación, solo rocosas y con matorral y monte bajo.
Pero en la ruta no solo se recorre la sierra, la intención también es visitar uno de los embalses más antiguos que existe en la provincia de Alicante (con permiso obviamente del embalse de Tibi).
El embalse de Relleu data del siglo XVIII, se terminó su construcción allá por el año 1776 y sólo con ese dato ya hay suficiente motivo para ir a descubrir un lugar histórico que quizás esté relegado a un inexplicable olvido.
La ruta es totalmente personal, la sierra no la recorre ningún tipo de PR-V y la he diseñado con retazos de otras rutas encontradas por la red. Por tanto el recorrido no está marcado, tan solo encontraremos algún hito de piedras en algún cruce o desvío.
El inicio de ruta se encuentra en un punto cercano a la sierra. Hay que llegar a la misma población de Relleu y tomar una pequeña carretera asfaltada (en su inicio cuesta abajo) por la que avanzaremos unos 3 kms. En el inicio de esta pequeña carretera hay un cartel indicando la dirección del Embalse de Relleu (aunque ahí está denominado como “Pantà de l’Amadori S. XVIII)
Esta carretera es poco transitada, realmente solo ofrece servicio a casas de campo y chalets del extrarradio de Relleu, sin arcén ni marcas de eje central por momentos.
Tras esos 3 kms tomamos un pequeño desvío de tierra a la izquierda por el que avanzamos pocos metros para llegar a un pequeño claro junto a una antigua casa en ruinas, dejamos ahí el coche.
Estamos en plena zona campestre, Relleu queda lejos y desde aquí llama la atención el perfil del Puig Campana, la Penya de Sella y Aitana, a cierta distancia pero reconocibles.
Frente a nosotros, en primer plano, el primer objetivo del día, la pequeña sierra de Relleu. En su margen más izquierdo una brecha, un pequeño hueco, intuimos que ahí está el embalse de Relleu, el segundo objetivo del día.
Dejamos el coche y la casa en ruinas, iniciamos la marcha.
La primera intención es la aproximación a la sierra y para ello primero deberemos andar en paralelo a la sierra de Relleu, a cierta distancia, por un camino de tierra amplio que ofrece servicio a varias casas de campo.
Al poco de empezar a caminar haremos un descenso pronunciado zigzagueando, tramo asfaltado, para pasar por un pequeño riachuelo y volver a ascender (lo del riachuelo dependerá del momento).
Nada más pasar el riachuelo o pequeño arroyo nos veremos un cartel intimidante … “Propiedad Privada” … ¿y ahora que? Ante la amenaza de abortar la ruta decidí adentrarme y continuar por el camino viendo que realmente no estaba entrando a un camino particular.
Al no ser una ruta transitada, al menos esta primera parte de la ruta, se tiene la sensación de estar avanzando por caminos particulares o apartados de un circuito más corriente.
Y más cuando nos encontremos con carteles como el de antes o del tipo “Zona de tiro, no pasar” o el típico “Coto privado de caza” junto a cadenas que cortan el paso al camino … al ser solo un paso puntual y no encontrar a nadie ni escuchar nada raro … continué.
Tras estos carteles ascendemos un poco y volveremos a llanear, a nuestro alrededor aparecerán campos de cultivo vallados y alguna casa dentro del alambrado.
Seguimos junto al vallado en línea recta y tras varios centenares de metros lo dejaremos atrás, continuando el avance por el camino de tierra y por un tramo más campestre.
Así llegaremos a un cruce de caminos, debiendo continuar por el camino más a la derecha posible, hemos ascendido algo y las vistas se aclaran a nuestro alrededor.
Al continuar por el camino derecho hacemos una pequeña curva y en breve pasaremos por una casa de campo pegada en el mismo camino, según el plano estamos pasando junto a la casa de “Fassamai del Tiano”.
Junto a la casa, de nuevo, un cartel avisando “Finca particular, prohibido el paso” … aceleramos el paso, no queremos molestar. Por suerte a nuestro alrededor no hay nadie, ni hacemos nada que moleste, solo pasamos por el camino en dirección a la sierra de Relleu y realmente el camino no está acotado o vallado.
Tras la casa, campos de cultivo a ambos lados del camino, grandes e inmensos campos que atravesaremos con una gran recta de aproximadamente 750 metros, nos quedamos más tranquilos al pasar por aquí al no encontrarnos más casas a nuestro alrededor.
Tampoco es una gran recta perfecta, en el trayecto realizaremos pequeñas ondulaciones y algún sube-baja pero sin importancia.
Así divisaremos a lo lejos lo que parece una pequeña caseta a la izquierda del camino pero pegado a él. Conforme nos acerquemos veremos que justo enfrente, en el lado derecho del camino, hay un pequeño pozo.
Al pasar por estos indicios tenemos que prestar atención a un cambio de dirección inminente.
Tras pasar por la caseta y el pequeño pozo, en unos 150 metros, tomamos el primer desvío a la izquierda que veamos, dejando definitivamente el camino principal que hemos estado usando desde que dejamos el coche.
Y dejamos atrás esa extraña sensación de estar invadiendo algo.
Pero este cambio de sentido es un poco desalentador. El desvío a la izquierda está acotado con un cable de acero impidiendo el paso a vehículos y con otro cartel intimidante “Zona de tiro, no pasar”. Metidos en harina y con todo lo hecho anteriormente desafiar un cartel más ya no es problema moral.
Tomamos el nuevo camino y tras unos metros giramos de nuevo a la izquierda, haciendo casi una media vuelta, por primera vez no avanzamos en paralelo a la sierra, ya la encaramos y nos dirigimos a ella.
Pero estos primero metros no son tampoco en línea recta, hay que realizar unos cambios de dirección en forma de grandes zigzags pero bastante intuitivos.
En los primero metros andaremos junto a los mismo campos de cultivo de momentos antes pero justo por el otro borde.
En unos 300 metros aparecerá una valla metálica con una casa de campo en su interior, este es un tramo con gran arboleda y estaremos más “recogidos” no tan expuestos a la vista y sin carteles intimidantes.
Esta valla tenemos que mantenerla a nuestra derecha y la mantendremos en ese lado al girar a la derecha tras otros 125 m. Desechamos un camino a la izquierda en la curva. En el giro ascendemos levemente.
A partir de aquí hacemos unas curvas abiertas hasta llegar a las mismas faldas de la Sierra de Relleu. Aparecen unos desvíos por el camino pero es fácil discernir la continuación.
En el inicio del ascenso definitivo localizamos nuestro regreso, un camino de tierra a la izquierda empedrado situado en una curva en forma de “U¨, hay un hito de piedras de mediana altura, después volveremos aquí.
Seguimos ascendiendo y estando en la vertiente de la sierra ya lo hacemos de manera más directa, el camino por el que avanzamos es ancho, claro y bastante empedrado.
Al ser esta vertiente norte muy vertical el ascenso es quizás algo aéreo, el ascenso avanza por las curvas de nivel de la sierra y a cada paso las vistas a nuestro alrededor se amplían.
A nuestra izquierda el trayecto inicial del camino particular con los campos de cultivo y todos los carteles intimidatorios (que por suerte ya pasamos). Las vistas en dirección a la población de Relleu son diáfanas, tenemos toda la llanura de 3 kms que nos separa hasta la población. A la izquierda de Relleu la sierra de la Grana y más a la izquierda el Cabeçó d’Or.
El declive no es muy pronunciado, al ascender usando las curvas de nivel el camino es muy cómodo aunque ascendemos y lo hacemos continuamente.
En realidad es un tramo muy agradable de recorrer por esas vistas a nuestra izquierda.
Empezamos a llanear y así llegamos a un cruce en forma de “Y” ¿izquierda o derecha? En esta ocasión vamos a usar los 2 caminos, no queremos perdernos nada de la Sierra de Relleu así que el orden no importa pero en esta ocasión cogemos el camino derecho primero.
En este cruce hemos llegado a la cresta de la sierra y por tanto ya podemos ver el horizonte de la vertiente este, imponentes la silueta del Puig Campana al aparecer junto a la sierra de Orxeta y a la izquierda del Puig llegamos a apreciar el Sanxet.
Al coger el camino derecho seguimos ascendiendo y con un declive igual al que llevábamos, quizás un poco más generoso (menos pronunciado).
En este tramo la arboleda aumenta y empezamos a estar rodeados (afortunadamente) de dispersa pinada de mediana altura.
Como seguimos ascendiendo poco a poco irán apareciendo más detalles de esta vertiente este … la línea costera, Benidorm, la Illa, Serra Gelada, se pone interesante el horizonte.
Avanzamos culebreando entre los pinos, cómodamente, ascendiendo pero levemente y descubriendo detalles a nuestro alrededor como el Embalse del Amadorio junto a Orxeta a nuestra izquierda.
El horizonte cada vez se amplia más, Aitana ha emergido en tu totalidad y el Cabeçó empieza a asomar, aparece en el camino una especie de caseta de pequeñas dimensiones, notamos que definitivamente ya hemos llegado a la parte más alta de la sierra de Relleu.
La caseta debía tener una especie de antena pero esta se encuentra en el suelo, pero la caseta no es la cima, el camino ancho termina pero seguimos unos pocos metros más ahora por un pequeño sendero, notamos que aún queda un tramo más alto todavía a donde estamos.
Seguimos unos pocos metros más por el sendero y ahora sí, llegamos a un pequeño montículo, empezaríamos a descender si continuásemos, pero el sendero termina ya aquí, ya no hay nada por encima nuestra en la Sierra de Relleu.
Y hemos llegado a un bonito e interesante lugar, a la cresta del Racó de Cortés, el tramo más al sur de la sierra de Relleu que tiene forma de cola de pez, una cresta en forma de “V” invertida con un corte profundo, una caída de varios centenares de metros y por momentos algunos abruptos y verticales.
Pero si nos fijamos bien, realmente es un rincón circular rodeado de pequeñas elevaciones en el otro lado, por eso se le llama Racó de Cortés (rincón). Nosotros estamos en las laderas más altas del bonito rincón.
Desde aquí las vistas son bonitas y tranquilas, hacia el Este toda la línea costera destacando Serra Gelada, Benidorm y la Illa y en primer término la presa del embalse del Amadorio. Hacia el Sur, en perpendicular, el perfil completo del Cabeçó d’Or y sin tener que afinar la vista se puede ver el Cabo de las Huertas y la ciudad de Alicante sin problemas.
Al noroeste sierras de mayor envergadura como Aitana, la Penya de Sella y el Puig Campana junto a la sierra de Orxeta.
En el lugar no existe un gran hito, ni mucho menos vértice pero sin duda es una cima interesante, apacible.
Volvemos sobre nuestros pasos y regresamos al cruce en forma de “Y” para ahora tomar el ramal izquierdo.
Este tramo es más llano aunque sí encontraremos un pequeño repecho. La distancia a recorrer es más corta y el camino termina en un gran claro que es una especie de (perfecto) mirador hacia una panorámica norte completa.
Las vistas son parecidas a la anterior cima pero sin ningún impedimento hacia la retahíla de sierras que hay desde Aitana hasta la línea costera.
A nuestros pies intuimos un gran barranco y acertaremos al pensar que ahí debe estar la presa del embalse de Relleu pero solo lo podemos intuir, no llegamos a hacer contacto visual.
Dejamos el gran mirador y de nuevo retrocedemos sobre nuestros pasos para llegar al cruce en forma de “Y” para regresar por el camino por el que ascendimos a la sierra de Relleu.
El camino lo tenemos desde otro ángulo y sorprende ver ahora su situación, por momentos es algo expuesto a la ladera inclinada de la sierra.
Y al ser ahora en descenso el tramo es más directo y ligero y pronto llegaremos al cruce que ya vimos momentos antes, el camino de tierra empedrado situado en la curva en forma de “U”, ahí está el pequeño hito, cogemos el camino.
El camino pasa entre pinadas de mediana altura y continua descendiendo casi en línea recta hasta llegar a llano tras unos 200-250 metros, ahí las piedras desaparecen y el camino empieza a girar hacia la derecha, se acabó el declive, avanzamos en llano.
Notamos que pasamos por zona cinegética, mucho bebedero, puestos para esconderse y apuntar … por suerte no es día de caza y podemos pasar tranquilamente.
Igualmente pasamos por pequeños tramos con cultivos, pero muy esporádicos.
Este tramo es algo ambiguo porque aparecen muchos desvíos pequeños a izquierda y derecha pero son fáciles de descartar, debemos seguir de frente usando el camino principal.
En el trayecto encontraremos un cambio de camino bastante curioso (pero no de dirección) pasaremos de ir por un camino de tierra limpio a otro empedrado y con la típica vegetación en su parte central así sin más, como el cambio de estado del firme de una carretera cuando cambiamos de provincia o comunidad.
Me sorprendió bastante porque es en línea recta y sin un motivo apreciable (quizás el cambio de dueño de parcela, pero solo quizás)
Volvemos a avanzar por un camino empedrado y al frente ya se adivina la brecha en la sierra donde debe estar situada la presa de Relleu, queda poco.
Tras coger este camino empedrado la continuación se vuelve de nuevo ambigua, el camino continua con un leve giro a la izquierda y en leve ascenso pero encontraremos pequeños hitos que nos advierten de introducirnos en una especie de rambla rocosa o pequeño barranco ¿y ahora que? Ante la duda decidí continuar por el lugar más “cómodo” por el camino, pensando que ambas direcciones llevarían al mismo lugar.
Y así es, al continuar por el camino llegamos a un altillo o mirador desde donde ya podemos ver el embalse de Relleu, o mejor dicho, la zona donde debiera estar repleta de agua (en esta ocasión el estado del embalse era muy paupérrimo, prácticamente seco).
Desde el altillo el acceso a la presa es muy ambiguo, no se aprecia acceso fácil y me dirigí hacia la derecha y meterme en el pequeño barranco o rambla que deseché momentos antes (Sí, también se podía llegar al embalse por este pequeño barranco).
Atravesé el mini barranco y continué unos cuantos metros por una zona un poco asilvestrada hasta llegar a un punto en el que se puede admirar la presa perfectamente.
El lugar es idóneo para contemplar esta obra de ingeniería del siglo XVIII.
Pero atentos porque estamos en el borde del barranco (este ya mayor y abrupto) que es por donde discurrirá el agua en tiempos de bonanza.
Es una presa pequeña, encajonada en un lugar muy remoto y escarpado y que por su aspecto y tamaño recuerda irremediablemente al de Tibi.
La sequía tan acuciante que por desgracia padece la zona de levante últimamente no permitió verlo con un esplendor que se le presupone, tan solo un diminuto “charco” de unos 10x20 metros era la única agua que se pudo ver.
Regresamos de nuevo al altillo- mirador al que llegamos antes y ahora sí debemos plantearnos “llegar” a la misma presa, pero antes es interesante visualizar el recorrido que debemos hacer al dejar la presa. La ladera que hay justo en el otro lado de la presa es la que ascenderemos posteriormente y desde aquí le apreciamos un pequeño sendero.
En esta ocasión realicé un descenso campo a través por la misma ladera que tenía justo a mis pies, no fue muy complicado pero lo hice de esta manera al no haber ni gota en el lecho. En esta ladera en descenso hay una caseta más a la derecha a la que no llegué pero que sí pasé cerca.
Así llegamos al lecho del embalse, yermo y seco salvo el charco de agua, la panorámica es aterradora, no debiera poder pasar por aquí y no será el recorrido si la presa contuviera agua, pero aprovechamos la “inoportuna” ocasión.
Las paredes de los laterales marcan distintos niveles que ha tenido el embalse en otros tiempos.
Nos acercamos a la misma presa, a las rocas con tanta historia y pasamos por el contrafuerte en perpendicular a la pared de retención, igualmente no se podrá pasar por aquí en época de agua, estaría inundado.
Nos subimos a la pared de contención y … vértigo !! cuidado!! en el otro lado se encuentra la abrupta y escarpada caída hacia el barranco, por donde el agua seguirá su curso.
Llegados aquí arriba le descubrimos a la presa unas escalinatas cinceladas en la roca que pasaron desapercibidas para nosotros, por ahí se podría haber llegado y no realizando el descenso campo a través desde el altillo cuando llegamos.
El lugar es tan inhóspito como bonito, el barranco de continuación es exageradamente angosto y estrecho y su soberbia altura impone.
Al deambular por esta parte alta de la presa hay que prestar atención a los pasos que estamos dando en todo momento y usar el sentido común. Sobretodo a la altura y a la vegetación que ha crecido desmedida entre las rocas.
La presa es muy bonita y tan solo hay que disfrutar del lugar y de su historia.
Tras inspeccionar y curiosear los recovecos y perfiles de la presa la continuación de la ruta es por la ladera contraria a la que nos llevó a la presa, la que teníamos justo en frente al llegar al mirador.
Y hay que hacerlo por la parte que hay junto a la presa porque ahí encontraremos unos escalones maltrechos y desgastados pero que cumplen su función, poder ascender la ladera.
Tras unos metros los escalones desaparecen y hay que continuar “por donde se pueda” ascendiendo la ladera, no tiene mucha complicación, tan solo el inevitable declive que aunque sea importante es asumible.
A mitad camino dejé de ascender para dirigirme todo lo que pude hacia la derecha para engancharme a un brazo del barranco de la continuación del embalse.
Si ese barranco era angosto y abrupto, este pequeño brazo es una especie de islote o cresta en la gran curva que hace en su inicio, nos adentramos a la inmensa “U” del barranco.
Acceder a este brazo es fácil, pero una vez en él hay que prestar la mayor atención porque deambularemos por una pequeña cresta teniendo a ambos lados el abrupto barranco, avanzamos por la inmensa “U”, un pasillo estrecho todo lo que podamos (o nos atrevamos) porque así conseguiremos admirar de nuevo la presa desde otro ángulo interesante.
Aparte de la presa la admiración también se la llevará el gran barranco que literalmente nos rodea, por su gran altura y angostas laderas. Un tramo muy espectacular.
Dejamos atrás el brazo y continuamos ascendiendo la ladera, nos centramos ya en regresar al punto de partida.
Seguimos ascendiendo y lo hacemos sin sendero claro, este tramo es el más ambiguo de toda la ruta porque no existe ni sendero, ni marcas, ni hitos, nada … todo libre albedrío.
Ascendemos todo lo que se pueda la ladera y continuamos por una especie de pequeña cresta unos cuantos metros ya en llano. Cuando el perfil de la sierra se ofrezca de nuevo para ascender, nos paramos y miramos hacia la izquierda.
Ya no hay que seguir ascendiendo, hay que decidirse a descender la gran ladera que tenemos delante nuestra.
¿Sendero? ninguno, ¿marcas? Ninguna ¿Dificultad? Tampoco.
La ladera aparenta tener gran verticalidad, pero tampoco es insalvable, el único “pero” es que hay que hacerlo campo a través, a las bravas, pero con una gran ventaja, el objetivo a alcanzar ya lo vemos desde aquí arriba y es un camino de tierra al llegar a llano.
Empezamos a descender poniéndonos pequeños objetivos, que si ese pino, ese arbusto, esa roca, mentalmente vamos por delante de nuestros pasos, marcando pequeños trayectos asequibles.
Y una vez metidos en el ajo comprobamos que está siendo muy fácil (si somos avezados en el asunto de descensos) y que en realidad está siendo hasta entretenido y un poco aventurero, dándole vidilla a la ruta.
La primera parte quizás sea la más comprometida, el resto del descenso no conlleva ninguna contrariedad.
Finalmente llegamos al camino, aquel que teníamos como dirección a seguir desde arriba, ya es el camino de regreso.
Este camino pasa por momentos literalmente por el lecho del barranco de entrada del agua al embalse, por tanto hay que tener en cuenta que este camino puede que en época de bonanza acuífera este inundado o al menos pasará cerca del agua.
Tras unos metros pasamos a otro camino más ancho y de tierra y que denota no es inundable.
Este camino culebrea unos centenares de metros hasta que alcanzamos una carretera asfaltada.
Junto a la carretera un cartel indicando la dirección hacia el embalse y un panel informativo de la historia y peculiaridades del pantano.
Hemos llegado a la carretera que usamos con el coche desde Relleu para llegar al punto de inicio. Por tanto al llegar a ella giramos a la izquierda y continuamos por el asfalto un trayecto de unos 500 metros hasta llegar a nuestro coche.
Objetivos cumplidos, hemos alcanzado la cima de la sierra de Relleu y se visitó su histórico y bonito embalse.
Una ruta sencilla en el aspecto físico pero con tramos ambiguos en cuestión de orientación pero sin grandes dificultades en líneas generales.
El tramo inicial con tanto cartel intimidante es quizás un “pero” a tener en cuenta debido a que en otra ocasión sí podemos molestar, a tener en cuenta.

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0	Inicio ruta	00:00
1	Desvío a izquierda	00:40
2	Cruce a 2 ramales	01:30
3	Cima Racó de Cortés	01:55	02:15
4	Cima-mirador	02:40	02:55
5	Cruce a embalse	03:20
6	Embalse de Relleu	03:50	05:05
0	Fin ruta	05:50

FECHA	Abril - 2016
NIVEL DE RUTA	Medio
TIPO DE RUTA	Circular, excepto tramo cima
ALTITUD CIMA	595 m *
TIPO CIMA	Rellano
KMS RECORRIDOS	11,5
PR-V/s USADO/s	Ninguno