- Sin duda la Silla del Cid es una de las elevaciones más emblemáticas de la comarca del Vinalopó Mitjà, todo un clásico. Sus 1152 metros de altitud la convierten en una de las cimas de mayor altura de esta comarca.
- Se encuentra situada muy cerca de Elda-Petrer y circulando por la autovía A-31 se puede ver en primer plano perfectamente. Una morfología muy singular que da rienda suelta a buscar semejanzas razonables.
- Junto a la Silla se encuentra la sierra del Cid, una prolongación hacia el sur donde se encuentra un vértice geodésico y unas antenas, pero todo esto a menor altura. Zona que se merece otra ruta independiente para otra ocasión venidera.
- Existe un sendero oficial que desde la misma población de Petrer asciende a la Silla (el PR-V 36) pero en esta ocasión adelantaremos en coche un buen tramo para evitarnos algo de asfalto y de población urbana.
- Para llegar al inicio de ruta hay que salirse de la A-31 por la salida del polígono industrial de Salinetes y continuar un tramo en paralelo a la autovía, después ya encararemos la Silla siguiendo las señales del PR-V.
- Prácticamente vamos a llegar con el coche hasta donde termina el asfalto, una zona con buena pinada donde en una curva hay una caseta con una valla verde. Por la zona hay espacio suficiente para dejar el coche.
- Avanzamos por una pista amplia y a escasos metros encontraremos un poste que nos advierte del desvío hacia el sendero por el que llegaremos por continua ascensión hasta la misma cima de la Silla del Cid. Esta pista que vemos de frente es por donde regresaremos al final de la jornada. Cogemos el desvío de la senda, empezamos la ruta.
- La senda en sus primeros metros irá en paralelo a la pista pero a diferente altura. Está bordeada por una densa pinada que se irá atravesando.
- El camino está perfectamente marcado por el vaivén continuo de visitantes a la Silla y en muchas ocasiones aparecen pequeños desvíos que realmente son atajos más verticales.
- Todo el recorrido de ascenso lo realicé íntegramente por el camino marcado por el PR-V 36. [Siempre es recomendable ir por el camino marcado por los PR-V, los atajos con el paso del tiempo suelen erosionar el terreno].
- Esto hace que en momentos de ascenso vertical se tome en los zigzags el tramo más largo, que a la vez es el más cómodo.
- En un primer tramo el ascenso es placentero, y las vistas muy buenas, a nuestra izquierda tendremos una panorámica interesante del Vinalopó teniendo las poblaciones de Elda y Petrer y las sierras de Camara, Bolón y Umbría como visión más destacable, y más al fondo la de Salinas.
- Mucho más cerca destaca la imagen de la sierra del Caballo, reconocible por su repecho final a su cima y entre Caballo y nosotros una formación rocosa muy puntiaguda.
- Vamos cogiendo altura muy rápidamente y las perspectivas van cambiando continuamente. Una senda muy agradable de recorrer, no hay que perderse detalle.
- Tras unos zigzags la senda atravesará una gran torrentera. Destacable la arboleda de gran altura de la zona que nos cobijará agradablemente.
- Tras la torrentera la senda hace un giro a la derecha para poder avanzar en paralelo cerca de unas paredes de roca, otro tramo de zigzags bastante llamativos por aquí.
- Así llegamos al primer punto de paso interesante (#1 Rellano cresta), un pequeño remanso durante el ascenso que está aproximadamente a mitad camino.
- Es una zona llana, la parte inicial de una pequeña cresta que se adentra dirección a Petrer. Si queremos podemos avanzar por ella el tramo que queramos para poder observar y curiosear la zona y tener algo de perspectivas de lo que nos rodea, sobretodo de los impresionantes peñones de los que se compone la Silla. Unos enormes peñones blancos de enorme belleza e impactantes a la vista.
- Al llegar a este punto empezamos a ver la vertiente este de la Silla y toda la extensión de la sierra del Cid, la parte donde se sitúan las antenas y por tanto el vértice. La cresta del Fraile y la sierra de la Argueña empiezan a aparecer en la distancia también. La panorámica ha cambiado y mucho al ir cogiendo altura continuamente.
- La continuación del ascenso es en dirección a esos peñones. Aunque hayamos visto algo de la vertiente este de la Silla, ésta vuelve a ocultarse al avanzar por la ladera oeste de nuevo obteniendo las mismas vistas de antes, la sierra del Caballo pero esta vez desde mayor altura y el horizonte mucho más extenso.
- Y otro tramo de zigzags. La senda sigue siendo empedrada, muy marcada y amplia y obviamente en ascenso continuo.
- A partir de aquí la arboleda disminuye considerablemente aunque algo todavía encontraremos, pero el matorral bajo ganará la partida.
- Después de los zigzags prácticamente iremos en línea recta ascendente hacia la cima, a nuestra izquierda todo el Alt Vinalopó en toda su extensión ante nuestros ojos.
- Pero antes de llegar a cima, la senda por la que se avanza cogerá la parte alta de la sierra y eso permitirá ver la vertiente oeste de nuevo ... con otros horizontes a la vista .. ¿y aquello que se ve? pues sí, la misma ciudad de Alicante se puede distinguir perfectamente en el último tramo a cima, al igual que la diminuta silueta junto al mar del Castillo Santa Bárbara en el Benacantil.
- Y finalmente cima. Un voluminoso y colosal hito de piedras nos saluda a 1152 m de altitud, se ha alcanzando la cima de la Silla del Cid. Está tan engrandecido piedra a piedra que ya es más ancho que alto.
- La cima es la parte más al norte de la Silla, si seguimos de frente nos encontraremos con un despeñadero, un precipicio escarpado y extremadamente vertical desde el cual tendremos unas magníficas y bestiales vistas a la cresta del Fraile, el Maigmó en toda su extensión y al Cabeçó d'Or, unas vistas sugestivas y fascinantes. A nuestros pies el valle donde está Rabosa y el Rincón Bello. Por esa zona hay una placa "In memoriam".
- Si observamos (con extrema precaución) hacia el fondo o final de la vertical donde estamos, veremos la pista blanca de regreso que posteriormente cogeremos.
- Hacia el oeste podremos ver toda la retahíla de sierras pertenecientes al Alt y Mitjà Vinalopó y las poblaciones de Elda y Petrer unidas. Hacia el este veremos como el precipicio tiene continuación. Desde esta altura podemos anticipar mentalmente por donde serán nuestros próximos pasos pues el camino que hay junto al precipicio será la continuación de la ruta. Un trayecto muy sugerente.
- Este precipicio tiene continuación hacia la sierra del Cid. Desde nuestra posición podemos ver las antenas que hay en el otro extremo de la sierra.
- Una perfecta atalaya la Silla del Cid para poder observar con detenimiento las principales sierras y elevaciones del interior-oeste de la provincia de Alicante. Y llama bastante la atención poder ver la misma ciudad de Alicante desde aquí.
- Tras un merecido descanso continuamos la ruta y los siguientes pasos serán un descenso pronunciado y muy vertical para alcanzar aquel camino que veíamos y que pasa junto a la vertical de la sierra.
- El primer tramo es muy vertical y hay que tomarlo con calma, sin aventurarse, mejor especular las mejores opciones. Tenemos la suerte de que el trayecto coincide con el PR-V 29 (sendero que viene desde Xorret de Catí hasta la Silla del Cid) por lo que es aconsejable otear las señales y descender por el PR-V. Aunque no conlleva ningún problema haciendo zigzags.
- Tras la zona vertical la senda se "suaviza" y el tramo final hasta llegar al camino se descenderá con más facilidad por un sendero que se adentra entre pinada y que es mucho más llevadero.
- Así contactaremos con el camino de tierra que veíamos desde la cima y que en paralelo al precipicio nos guiará hasta el collado del Contador. Giramos a la izquierda.
- Si echamos la vista atrás al contactar con el camino, ya en llano, veremos que nuestro descenso se realizó a escasos metros de un precipicio que tuvimos a nuestra izquierda. Una imagen llamativa pues no fuimos conscientes del detalle mientras realizamos el descenso. Un peñón espectacular.
- El nuevo camino es ancho, de tierra, prácticamente en llano y no tiene pérdida porque hasta el collado no tiene ninguna variante, por tanto, nos dejaremos ir por él disfrutando del entorno.
- A nuestra derecha tenemos todo el interior de la sierra del Cid y sorprende muy gratamente la alfombra verde que forman las copas de la gran arboleda de la que se compone la zona.
- A nuestra izquierda las paredes verticales de gran altura del Cid, y nosotros caminando por la parte alta de ellas, teniendo el precipicio a escasos metros.
- En el inicio de este tramo andaremos alejados de ellos, pero a mitad, acercándonos al collado, se acercará mucho más y andaremos a pocos metros de ellos. Las vistas por el camino huelga decir que son excelentes pues el efecto de estar en altura y cerca de las verticales confiere al tramo una buena dosis de espectacularidad visual.
- Y estas sensaciones aumentan cuando llegamos al Collado del Contador.
- Prácticamente el recorrido que hicimos por la cresta del Cid fue en llano pero para llegar al collado habrá que descender. Esto hace que podamos identificar el collado con suma facilidad.
- Y antes de llegar a él y aprovechando la altura podremos contemplar mucho mejor la zona del collado, sobretodo por una pared blanca que contrasta en perspectiva con la ciudad de Alicante de fondo. Un cuadro singular.
- Descendemos y llegamos al Collado del Contador. Aquí hay un pequeño cruce de caminos junto una pequeña pinada.
- De frente el camino continuaría en dirección a la zona de las antenas y del vértice del Cid, a la derecha una pequeña senda nos podría llevar igualmente a Petrer por el interior de la sierra del Cid, pero aquí giramos a la izquierda para continuar por una pequeña senda guiados todavía por el PR-V 29.
- Esta senda realiza un descenso espléndido y espectacular por un tramo de lo más emocionante visualmente hablando. Es una senda que pegada a las paredes de las verticales del Cid desciende poco a poco hasta la pista que veíamos anteriormente desde la parte alta.
- Durante el trayecto por esta senda el declive que tendremos a nuestra derecha es importante y por momentos hasta de caída libre, por tanto hay que estar con los 5 sentidos y en alerta, porque aunque no es peligroso, no hay que embobarse con las vistas que obtenemos y mejor saber constantemente donde pisamos.
- El primer tramo es en zigzag, es un descenso continuo, en pocos metros se desciende bastante. Después la senda circunvala las enormes paredes que se va encontrando por el camino.
- Todo esto acompañado de una fuerza visual apasionante, pues tendremos el valle del Rincón Bello a nuestros pies teniendo de fondo el Maigmó y la cresta del Fraile.
- Tras un descenso vertiginoso y algo expuesto, la senda se apacigua. Dejamos atrás los declives y vertientes abruptas y la senda se adentra en una arboleda de gran altura, ahora andamos en llano.
- Al pasar un tablón de madera informativo sobre bosques, el PR-V 29 gira a la derecha para continuar hacia Xorret de Catí, nosotros seguimos de frente para en 30/40 metros contactar en plena curva con la pista que buscábamos.
- En apenas pocos minutos hemos realizado el descenso del Cid por el Collado del Contador, un tramo inmejorable e interesante por el que se tienen unas sensaciones visuales para elogiar y ensalzar.
- Ya en la pista, giramos a la izquierda, ya es nuestro camino de regreso hasta el punto de partida.
- Tras un primer repecho pequeño, antes de realizar un giro a la izquierda en una curva, si echamos la vista atrás veremos un enorme muro de roca formado por la vertiente vertical norte del Cid, un muro de gran longitud por el que anduvimos anteriormente por su parte alta, una panorámica imponente.
- Pronto pasaremos por una coqueta casa-cueva de pequeñas dimensiones.
- La pista es muy ancha, cómoda, de tierra y no tiene gran desnivel, tan solo pequeños sube-bajas de poca importancia, prácticamente en llano todo el trayecto. Por suerte nos acompañará buena arboleda a nuestro alrededor, estamos avanzando por umbría.
- Las mejores vistas serán a un enorme peñón blanco perteneciente al Cid que bordearemos y de nuevo las ya conocidas hacia la sierra del Maigmó, la cresta del Fraile y sierra del Caballo.
- Hay un momento que la pista cambia de aspecto y es cuando empieza descender y pasa por acentuados y marcados zigzags hormigonados, por aquí empezamos a ver las poblaciones de Elda y Petrer y a nuestra derecha tendremos 3 peñones alineados de una forma curiosa.
- Tras el zigzag hormigonado proseguimos de nuevo por la pista de tierra y llegaremos a una pequeña curva que tiene un muro de contención de rocas, como contrafuerte a la ladera, con un vetusto y clásico cartel de "Peligro de incendio". Al principio de este muro de rocas (y con un inicio escalonado) hay un pequeño e inadvertido sendero que de forma ascendente y entre una pinada de gran altura nos lleva a una enorme cueva.
- [La cueva es muy fácil de dejarla atrás durante nuestro avance en esta dirección, de hecho reconozco que la descubrí inesperadamente en una de esas vistas atrás que uno realiza para observar a su alrededor. Realmente habría avanzado ya unos 40/50 metros cuando entre la espesura de las copas de los pinos la vislumbré casi sin querer. Retrocedí, encontré la senda ... y la cueva.]
- El cambio es radical, cambiamos avanzar por una pista de tierra ancha y llana por un sendero estrecho, ascendente y entre una pinada de enorme tamaño.
- Por el camino a la cueva aparecen enormes y voluminosas rocas que rodaron en un desprendimiento pasado y que ocasionó la creación de la enorme oquedad.
- Es un trayecto corto, de apenas unos 100 metros aunque ascendentes. Llegaremos por la parte derecha de la cueva.
- Tiene escasa profundidad, apenas 7/8 metros pero si una anchura de unos 25/30 metros y una bóveda que andará sobre los 10/12 metros de altura. Unas dimensiones respetables.
- Llegamos a la cueva. Al estar en altura tenemos una perspectiva descendente interesante hacia las copas de los pinos que atravesamos para llegar y por encima de esas copas podremos ver Elda y Petrer a lontananza desde el mismo interior de la cueva.
- Una cueva aislada y tranquila dentro de la misma Silla. Y quizás algo desconocida y virgen pues por su interior y alrededor no existen (por suerte) referencias "no apropiadas" (suciedad/restos/pintadas) del paso humano, esperemos que siga así de impecable muchos años más. A ser posible siempre.
- Se puede deambular por su interior perfectamente aunque para llegar a su parte más profunda hay que ascender pequeños escalones naturales. Las piedras desprendidas y que quedaron cerca de la cueva hacen la apariencia de un pequeño "malecón". Un lugar interesante para visitar.
- Tras la visita, descendemos la senda entre la pinada y volveremos a la pista por la que avanzabamos anteriormente.
- Ya estamos prácticamente terminando la ruta aunque durante el avance por la pista veremos una pequeña elevación delante nuestra en la que, si afinamos la vista, veremos un pequeño mirador pues se ven barandillas de madera. Para llegar allí hay que salirse de la pista justo cuando ella empieza a descender en una curva y pasa de tierra a hormigonado.
- Dejamos por un momento la pista y nos acercamos a ese mirador que hay en la pequeña elevación final que hay a la derecha. Es un tramo corto de pocos metros a través de un sendero evidente.
- Desde ese pequeño mirador podremos admirar toda la Silla del Cid a la perfección pues la tenemos justo en perpendicular. Desde ahí podremos apreciar la pequeña perforación que tiene la Silla que corresponde a la cueva que visitamos momentos antes.
- De camino por la senda para volver a la pista y terminar la ruta, aparece un pequeño sendero a nuestra derecha, otro descubrimiento "inesperado".
- Esta senda es un modesto pero agradable sendero botánico, el cual permite intercambiar un tramo final de ruta que se hubiera realizado por la ya rutinaria pista de tierra por uno de senda botánica. Excelente el cambio.
- Este sendero camina en paralelo a la pista pero a menor altura y por él aprenderemos a identificar en el futuro especímenes del reino vegetal como el acebuche, coscoja, espino negro, brezo, aladierno ... un camino bastante ilustrativo para quien quiera ampliar conocimientos naturales.
- La senda finalmente enlaza con la pista a escasos metros de nuestro coche. Hemos terminado la ruta.
- La ruta de la Silla del Cid ha sido corta en distancia pero intensa en sensaciones, sorpresiva por descubrir parajes imprevistos y sugestiva por las fenomenales panorámicas obtenidas a cada paso. Imprescindible.
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